Política económica complementaria: Orientación y Colaboración
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Agrias críticas al Paquete Económico 2025 del gobierno federal, en un reconocimiento tácito a la necesaria participación del Estado en la economía; si la derecha académica, política y mediática exigen reconsideraciones en el gasto, para efecto de que éste impulse sectores productivos, entonces las variables macroeconómicas en perspectiva relativamente dependen de la política económica, aprobada por el Poder Legislativo.
Con más de cuarenta años del neoliberalismo como ideología política y económica imperante y sus resultados, con beneficios para una parte mínima de población mundial y en cada país, como el caso de México, ahora se perciben sus síntomas de caducidad.
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Apertura comercial y financiera sí, pero en las fronteras de otros, como las restricciones y aranceles que Estados Unidos y la Unión Europea están imponen a China y demás países del BRICS+22; o como las amenazas de Donald Trump de aplicar 25% de aranceles las importaciones estadounidenses provenientes de nuestro país y de Canadá, que atenta contra el T-MEC, si no se detienen migración y narcotráfico (amenaza aplaudida por la derecha mexicana).
Claramente como paradigma del libre mercado, aquella sentencia de que “la mejor política industrial es la que no existe”, no aplica para crecimiento sostenido y desarrollo integral de la persona, las comunidades y la sociedad.
En la época de posguerra de segunda mitad del siglo XX, globalmente se privilegió la rectoría estatal sobre la economía, el modelo generó tasas sostenidas de crecimiento económico en diferentes regiones del mundo, aunque no así atenuar diferencias entre países subdesarrollados y desarrollados, respectivamente proveedores de materias primas y productores de bienes de capital.
Sin embargo, en Latinoamérica se inició y continuó un proceso de industrialización a partir de inversión estatal en infraestructura y facilidades e incentivos fiscales para la inversión privada, acentuándose la característica de dependencia respecto a las economías capitalistas del hemisferio norte.
El paulatino cambio de régimen político y de modelo económico en la sociedad mexicana implica, más que rectoría del Estado, orientación y colaboración con los sectores productivos y de servicios, lo cual incluye: redistribución del gasto federal en programas sociales e infraestructura productiva y estratégica, además incremento salarial, para impulsar el mercado interno; y acuerdos con iniciativa privada para aprovechar la relocalización de cadenas productivas, o nearshoring, con posición geográfica estratégica de nuestro país.
A convocatoria de la presidenta Claudia Sheimbaun, para impulsar un plan de desarrollo a favor del bienestar, como parte del Plan México, se conformó el Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR), conformado por 15 empresarios y empresarias de diferentes sectores: energético, infraestructura, construcción, electromovilidad y automotriz, electrónica, financiero, turístico, dispositivos médicos y farmacéutica, química, comercio, logística, agroindustria, tecnologías de la información, textil, minería y educación.
Este Consejo es coordinado por la joven empresaria Altagracia Gómez Sierra, en vinculación con el Consejo Coordinador Empresarial y otras cámaras del sector privado, para la implementación de Polos de Bienestar con la perspectiva de “prosperidad compartida” del actual gobierno federal, lo que incluye parques industriales en regiones del país, de acuerdo a su vocación productiva y de recursos naturales.
El CADERR se coordinará con titulares de las Secretarías de Economía, Hacienda y Crédito Público y de Energía; asimismo, colaborarán otras dependencias federales, universidades públicas y centros de investigación.
Gómez Sierra afirmó que “El Estado debe asumir un papel activo en regular, promover y conducir la actividad económica” y sostiene que el éste busca el bienestar más que la rentabilidad financiera (La Jornada, 02-12-24). Orientación y colaboración, la mejor política industrial es la que sí existe, más aún con inversión extranjera, exportaciones, turismo y consumo al alza. Estado e iniciativa privada se complementan.
Como “humanismo mexicano”, la Cuarta Transformación apunta a una socialdemocracia de complementariedad Estado e iniciativa privada, para impulsar crecimiento económico, distribución de la riqueza e igualdad de oportunidades. El tiempo lo dirá.