¿Adiós a la globalización? ¿Hay que preocuparnos por el mundo que viene?
COMPARTIR
TEMAS
Hay momentos especialmente propicios para la incertidumbre y, sin duda, la crisis del COVID-19 nos ha llevado a ese punto. Esta semana The Economist publica un texto con la pregunta del título de este artículo y su conclusión es preocupante: "Despídase de la mayor era de la globalización y preocúpese por lo que va a ocupar su lugar". Hay signos preocupantes de las consecuencias y efectos de esta pandemia, tanto a nivel global, como en el País.
La economía internacional globalizada desde antes de la crisis mostraba signos de alerta por las políticas de regreso a los aranceles, arma preferida de Trump, para chantajear a China, a México y a todo el que pudiera; el Brexit fue un golpe a la globalización. Pero el virus reactivó las alarmas y subió los riesgos a niveles muy elevados. En estos días el debate se han centrado en las formas, etapas y mecanismos de cómo se va a dar la apertura para salir del encierro y volver a lo que han llamado una "nueva normalidad".
Mucho se ha escrito sobre cómo vamos a regresar, cómo será la vida cotidiana con el virus, que puede regresar mientras no haya vacuna y antivirales efectivos. En diversos ejercicios periodísticos e intelectuales, en llamados, manifiestos y cartas que circulan ampliamente por las redes sociales, se dice que no podemos regresar a la vieja o anterior normalidad, y que tenemos que cambiar el modelo de desarrollo para cuidar el medio ambiente, para lograr sociedades más igualitarias y con mayor solidaridad. Hay una agenda de cambios y buenos deseos que desde hace tiempo mandan señales sobre la destrucción del planeta y el cambio climático. Las respuestas gubernamentales han sido muy lentas y, en otros casos, hay una negación de gobernantes tóxicos como Trump y Bolsonaro.
En otros escenarios The Economist calcula que se agudizarán las señales negativas que ya había antes de la pandemia y que el parón económico llevará a más proteccionismo y aranceles; más restricciones al comercio mundial; menos flujos de inversión extranjera directa; caídas de remesas y de intercambios comerciales. Que los viajes tendrán muchos límites y requisitos por cuestiones de salud y que los flujos de turismo bajarán de forma considerable, por temores al contagio. Por lo cual, los movimientos de personas, capitales y mercancías entrarán a una fase de mayor lentitud. Parece que el mundo después de la pandemia será más cerrado y proteccionista, la migración estará más bloqueada, las desigualdades crecerán de forma importante, sobre todo en América Latina.
El escenario nacional despierta muchas preguntas. Vienen tiempos muy complicados. Si antes del virus ya existía una polarización entre amplios sectores sociales y la 4T, ahora se han agudizado las diferencias por el tipo de rescates que ha decidido implementar AMLO. El estilo de gobernar durante la crisis se ha ido a la política de los decretos presidenciales: austeridad, militarización, energía, y todos han sido muy polémicos. El de la austeridad significa exprimir más al sector público y mantener proyectos cuestionados como el de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco; el de energía, que quiere poner orden en ese mercado, se salta el dictamen de impacto regulatorio y quedan en cuestión las energías eólicas y fotovoltaicas. Ahora México no podrá cumplir sus compromisos internacionales con el Acuerdo de París en la reducción de emisiones. El decreto de la militarización de la seguridad pública, sin controles reales, es una medida que nos regresa a las fallidas estrategias de los dos sexenios anteriores. En México la economía decrecerá alrededor de 6 por ciento, según diferentes mediciones; nuestro principal socio comercial ha perdido 36 millones de empleos, ¿cómo nos afectará esta situación? El Coneval calcula que la pobreza extrema crecerá entre 6 y 10 millones de personas en nuestro país.
Hay que preocuparnos por el mundo que viene y el país que tendremos en esta difícil etapa de regreso. Esperemos que de las agendas de cambio salgan movimientos fuertes que generen mejores equilibrios. Por lo pronto, viene una muy larga y complicada etapa de recuperación que no se sabe cuánto durará…
Twitter: @AzizNassif