AMLO y su incomprensible ‘insana cercanía’ con la mamá de 'El Chapo' Guzmán
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De gira por Sinaloa, donde supervisó el avance de la carretera Badiraguato-Guadalupe y Calvo, López Obrador decidió hacer una pausa -y olvidar la 'sana distancia'- para saludar a la madre de Joaquín Guzmán Loera. El gesto del mandatario resulta incomprensible, entre otras cosas, porque antes se ha negado a recibir activistas o padres de niños que requieren atención médica, pretextando que debe 'cuidar la investidura presidencial'
La conducta del presidente Andrés Manuel López Obrador resulta, por decir lo menos, francamente incomprensible. Se sabe de su propensión por “dar la nota”, por controlar la narrativa pública, por mantenerse en el centro de la atención, pero lo de este domingo es muy difícil de entender.
Como todo mundo sabe a estas alturas, el Presidente hizo un espacio ayer -muy breve, es verdad, pero tremendamente significativo-, durante su gira por el estado de Sinaloa, para saludar a la madre de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, preso en una cárcel de máxima seguridad en los Estados Unidos.
Durante el encuentro hubo un escueto intercambio verbal: “te saludo, no te bajes… ya recibí tu carta”, le dice López Orador a una sonriente María Consuelo Loera, quien se encuentra a bordo de una camioneta de alta gama.
Son múltiples las observaciones que pueden -y deben- hacerse a este “gesto” del presidente López Obrador:
La primera es que no se trató de un “montaje” que obligara al Presidente a encontrarse son la señora Loera. Lo que se adivina en la brevedad del video es que alguien le avisó de la presencia en el lugar de la mamá de “El Chapo” -que no sabemos cómo logró llegar hasta unos metros de López Obrador- y él camina hasta donde ella se encuentra.
La segunda es que la “sana distancia”, que el mismo día de ayer promovió el Presidente a través de un video grabado en un hotel de Culiacán, no importó en absoluto para llevar a cabo el encuentro: saludó de mano a la señora Loera y además tuvo contacto físico con el abogado del “Chapo”, José Luis González Meza, sin ningún reparo.
En tercer lugar es necesario señalar la contradicción entre lo dicho en el video grabado en el hotel de Culiacán y sus actos, ¡del mismo día!: “…algo que yo considero fundamental, básico: cuidar a nuestros adultos mayores”, dice en el video, pero tanto la madre del “Chapo”, como el abogado de éste, son personas de edad avanzada.
Más allá de lo sanitario -de suyo grave-, la deferencia mostrada hacia la madre de uno de los más deplorables delincuentes que ha prohijado nuestro país resulta incomprensible, no importa con qué argumento pretenda defenderse el hecho en “La Mañanera” de este lunes.
Porque frente al argumento que se use están los propios señalamientos de un Presidente que no ha dudado en decir que “le da flojera” atender a otros mexicanos -como Javier Sicilia, por ejemplo- que son víctimas y no delincuentes, ni familiares de delincuentes.
Frente al argumento que se pretenda usar para justificar la acción de este domingo está la auténtica ferocidad con la cual López Obrador ataca a sus adversarios políticos, a quienes estigmatiza cotidianamente en sus conferencias de prensa, aún cuando no hayan sido juzgados por ningún delito ni estén cerca siquiera de tener un historial como el del “Chapo”.
Y si lo que deseaba era volver a capturar la atención y alejar los titulares de prensa de la pandemia del coronavirus, sin duda escogió el peor de los temas para hacerlo.