¿Arde París o arderá Europa?

Politicón
/ 21 noviembre 2015
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Cuando Estados Unidos le declaró la guerra a Alemania en 1941, Roosevelt sabía a quién se enfrentaba al conocer el poder de fuego de los nauseabundos nazis, el tamaño de su armada, su capacidad de movilización, el poder de su economía y su velocidad para transformar una industria civil en una militar, entre otros aspectos estratégicos.

Sólo que “una guerra” en contra de los musulmanes yihadistas ortodoxos no implica un conflicto armado tradicional entre diversos países como aconteció en la Segunda Guerra Mundial. ¿Son fantasmas? ¡No! Se trata de terroristas, hombres bomba aislados dispuestos a morir y a matar inmersos en la muchedumbre para ganarse la benevolencia de Alá…

¿Francia puede ser derrotada como fueron derrotados los nazis en 1945? Por supuesto que no. Sin embargo, sí se puede crear un conflicto civil armado de pavorosas consecuencias si el Estado Islámico empieza a asesinar a los propios musulmanes, a sus hermanos radicados en Francia con el objetivo de confundirlos como si los franceses hubieran llevado a cabo los atentados para provocar una venganza de parte de aquellos. Los yihadistas matan musulmanes en Francia y éstos devuelven la agresión matando franceses. “¿Qué estáis esperando? Hay armas y coches disponibles y objetivos listos para ser atacados. Tenemos que “envenenar el agua y la comida de los enemigos de Alá. Si te niegas a hacerlo mientras tus hermanos están siendo bombardeados y asesinados (...) estarás en peligro porque la religión no puede establecerse sin lealtad a los musulmanes y rechazo a los impíos”.

No se trata entonces de repeler una invasión armada como cuando los nazis bombardearon Polonia en 1939. Por supuesto que no, los términos son distintos: los yihadistas ortodoxos sostienen que “Francia y aquellos que siguen su camino deben saber que son principales objetivos del Estado Islámico por haber insultado al Profeta…” “Tendréis miedo hasta de ir al mercado”. “Golpea su cabeza con una roca, o mátalo con un cuchillo, o atropéllalo con tu coche, o empújalo desde un lugar elevado, o asfíxialo, o envenénalo”. “Ejecuten a todos los descreídos occidentales, especialmente, los sucios y despreciables franceses que golpearon los bastiones yihadistas en Oriente Próximo.” “Si podéis matar a un impío americano o europeo “contad con Alá y hacerlo de la manera que sea. No preguntéis a nadie ni busquéis su veredicto”, alegan en esta renovada cruzada internacional. 

De acuerdo a lo anterior, se eligió a Francia “por su evidente papel en la guerra contra el islam y las naciones oprimidas”, advirtiendo que “proteger a los blasfemos tendrá un alto precio y un duro castigo”. Se trata de atacar Occidente hasta la muerte. “Sólo asesinando a los occidentales se logrará su conversión. No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta.” 

En Europa existen casi 14 millones de musulmanes. Claro que no todos estarían dispuestos a convertirse en hombres bomba, pero si el uno por ciento se decidiera por ese camino y envenenaran el agua y la comida e hicieran estallar estaciones de trenes, escuelas, teatros, restaurantes y hospitales, Europa se desquiciaría. Este conflicto no se resolverá a balazos, sino con inteligencia militar.

¿Y George Bush, el gran culpable, mientras Europa podría volver a arder en llamas? El vaquero alcohólico se encuentra sonriente en su rancho en Texas sin poder salir de Estados Unidos porque se le encarcelaría como genocida cuando menos en 20 países…
fmartinmoreno@yahoo.com

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