Los plurinominales
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Los diputados de representación proporcional conocidos también como plurinominales o “pluris” son elegidos de acuerdo con el número de votos que a nivel nacional obtenga el partido que los postula y llegan al Congreso mediante las listas que previamente registran los institutos políticos.
Cada partido tiene derecho a una cantidad de diputados en forma proporcional a través de una fórmula matemática que está establecida en la Constitución, así como en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Este sistema de representación popular surge en México hace unos 55 años, ya que por allá por 1963 el Partido Revolucionario Institucional tenía más de cuatro décadas con el poder hegemónico no solo en el Congreso, sino en todos los congresos locales, los estados y municipios y sin posibilidades de que la oposición obtuviera un triunfo.
Entonces fue necesario reformar la Constitución, con lo cual se incluyó el principio de representación proporcional como un método de elección, lo cual permitió una mayor participación de los partidos de oposición.
Actualmente la Cámara de Diputados está integrada por 300 diputados de mayoría y 200 plurinominales. Esto es producto de la reforma de 1986. Diez años después, otra reforma constitucional estableció también la elección proporcional de 32 senadores de la República.
Para amplios sectores de la población, contar con un congreso de 500 disputados y 128 senadores, estos últimos 64 de mayoría relativa, 32 electos por primer minoría y el resto proporcionales por lista, resulta algo exagerado.
Y quizás aquí el número de parlamentarios no sería el punto, sino el costo que significan para un País como el nuestro, en el que persiste la pobreza y se tiene a representantes populares con altos sueldos, dietas, asesores, choferes, gastos de representación, para viajes y muchos privilegios que contrasta con lo que cobran y cuestan los parlamentarios en diversos países del primer mundo, como Suecia, por citar un ejemplo.
Algunos especialistas sostienen que el sistema electoral mixto, como el caso de México, con diputados de mayoría y de representación proporcional asegura a los simpatizantes de cada instituto político, que al menos dos de sus dirigentes más representativos sean diputados, al obtener su partido cuando menos el dos por ciento de la votación nacional.
Sin embargo, los llamados partidos grandes que obtienen votaciones altas en las elecciones tienen el privilegio de llevar al congreso a políticos de su élite y de la alta burocracia, cuyo mérito es la institucionalidad y fidelidad al instituto político.
Este grupo es encabezados generalmente por los líderes de partido y actores doctrinales del mismo que sin hacer campaña llegan a su curul.
De hecho en el actual sistema de elección de representantes existen políticos de los principales partidos, incluidos los minoritarios, que saltan de la Cámara alta a la baja y viceversa y hasta el congreso local de donde residen sin haber hecho nunca campaña.
Aquí lo grave sería que en su carrera parlamentaria no haya abonado por el bienestar de su estado y el País.
No cabe duda que lo plurinominal permite también la representación de los partidos que son expresiones minoritarias, que a final de cuentas la sociedad plural también propone, pero es tiempo de que estos órganos colegiados se apliquen y realmente representen todos a la sociedad y defiendan sus intereses.
En el actual proceso electoral cuya votación es el 1 de julio, algunos políticos coahuilenses, pocos en realidad, tendrán el privilegio de encaminarse como diputados plurinominales por los votos que reciba su partido.
Por el PRI figuran varios personajes políticos del estado con posibilidades de llegar a San Lázaro.
Por el PAN y la UDC también hay dos personajes de la entidad anotadas en la lista de Acción Nacional para una curul proporcional, pero con pocas posibilidades por el sitio en el que figuran. Ambos buscan el poder principalmente por mayoría en sus distritos, pues también son candidatos por ese método.
Por las otras fuerzas políticas no hay más cohuilenses en la listas de propuestas plurinominales para el Congreso.
Pero no cabe duda, llegue quien llegue, y por cualquiera de las dos vías a la cámara baja, tendrá que ser un digno representante de la sociedad coahuilense y mexicana.