El constituyente Jaime Cárdenas

Politicón
/ 30 octubre 2016
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Es un honor para el pueblo de Parras de la Fuente el hecho de que uno de sus hijos más distinguidos forme parte del Poder Constituyente de la Ciudad de México. Nos referimos a Jaime Fernando Cárdenas Gracia quien, para distinción y orgullo de los parrenses, pasará a la historia como uno de los diputados constituyentes a la Asamblea Legislativa que redactará la primera Constitución de la Ciudad de México.

Ser diputado constituyente es un encargo trascendente, más cuando ese diputado tiene la legitimidad de haber sido electo por el pueblo, como es el caso de nuestro paisano Jaime Cárdenas y, más loable aún, cuando ese cargo de representación es honorífico, sin goce de sueldo.

Aunque también es necesario decir que no es posible creer que Jaime Cárdenas esté totalmente convencido de que el camino recorrido para legislar esa nueva Constitución sea el más apropiado. Y es que el autor de un libro titulado “Una Constitución para la democracia” no puede estar de acuerdo de que en dicha Asamblea Constituyente haya diputados designados por dedazo del presidente Enrique Peña Nieto, por arbitrio del jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera y por la partidocracia de las cámaras de Diputados y Senadores.

Hace 20 años, cuando Jaime publicó este libro donde propone una nueva Constitución general, el extinto maestro Jorge Carpizo, en una carta que a manera de prólogo escribió para dicha obra, dice claramente que, llagado el momento de redactar una nueva Constitución, será únicamente la sociedad quien lo decida, no propuso que por cuotas a notables o a la “telebancada”.

Asimismo, cuando uno lee la exposición de motivos de una iniciativa presentada por Jaime el pasado 3 de octubre en la Asamblea Constituyente, vemos cómo, en oposición a la propuesta de Mancera, nuestro paisano argumenta que el Jefe de Gobierno no confiere autonomía a los órganos constitucionales autónomos, ya que el nombramiento de sus titulares recae en un “consejo ciudadano”, o grupo de notables, y finalmente en el Congreso local de la CDMX, lo cual, nos afirma categórico, “es dar un rodeo para acabar en el método tradicional de reparto de cuotas entre los partidos mayoritarios”.

Y no es que uno desconfíe de los partidos y de sus burocracias, pero si leemos otro de los libros de Jaime Cárdenas, escrito hace ya 24 años, titulado “Crisis de credibilidad y democracia interna de los partidos políticos”, veremos que en realidad la partidocracia en México es un mal que aglutina las aberraciones de los partidos políticos y los vicios de sus élites burocráticas.

Así tenemos ahora que ya debilitada la presidencia imperial, existe un nuevo sistema de reparto del poder entre “cuotas y cuates” que no deja de ser antidemocrático y perjudicial. Bueno, hasta el Poder Judicial se ha visto afectado por esta modalidad, no digamos organismos como el INE y el INAI. El caso del ministro Eduardo Medina Mora, en la Suprema Corte, es un ejemplo claro del reparto de cuotas a los cuates.

Qué lejos estamos del espíritu de la Constitución de 1857, en la que los Ministros de la Corte y el Procurador General eran electos por el pueblo. Jaime Cárdenas cita a don Daniel Cosío Villegas quien, con respecto a esos ministros electos decía que eran independientes, de una manera “fiera, altanera, soberbia, insensata, irracionalmente independientes”.

Finalizamos parafraseando a don Daniel diciendo que Jaime Fernando Cárdenas Gracia es un legislador fieramente demócrata, altaneramente honesto, soberbiamente humano, insensatamente congruente e irracionalmente espiritual, sobra decir que en Parras lo queremos y lo admiramos. ¡Enhorabuena, Constituyente!

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