El mundo vs. el COVID-19. La oportunidad perfecta para la solidaridad

Politicón
/ 5 abril 2020

“Si alguna vez necesitábamos recordar que vivimos en un mundo interconectado, el nuevo coronavirus lo ha hecho evidente. Ningún país puede abordar esto solo, y ninguna parte de nuestras sociedades puede ser ignorada si queremos enfrentar efectivamente este desafío global”. Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU.

A tres meses de comenzar el año 2020, el mundo se ha puesto de cabeza: todo a causa de un virus que surgió en China y de manera muy rápida se propagó alrededor del mundo provocando hasta el 2 de abril 63 mil 832 muertes y un millón 170 mil 159 casos confirmados, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, Estados Unidos.

Todo esto ha traído diversas consecuencias. Por un lado, se ha evidenciado que, ante emergencias de tal magnitud, la mayoría de los países colapsan al no tener la capacidad para atenderlas. Desafortunadamente podemos decir que la enfermedad COVID-19 hoy controla sin distinciones el mundo entero.

Para enfrentarlo, varios países decidieron tomar diversas medidas graduales al ser declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tales como el cierre de fronteras aplicado por diversos países alrededor del mundo.

De esta forma, existen aspectos preocupantes de esta enfermedad, tales como la parálisis global consecuencia de cuarentenas decretadas en diversas partes del mundo, con lo que han surgido problemas en ámbitos como el laboral, educativo o económico. Sólo queda preguntarnos: ¿Qué va a pasar con el mundo? La respuesta, sin embargo, dependerá del actuar de los países en los próximos meses, sobre todo en cómo participe la sociedad al seguir indicaciones, lo que es de suma importancia para superar la situación.

En México, por su parte, ya existe una declaración oficial para suspender clases y algunas labores del 20 de marzo al 30 de abril. Por otro lado, muchas fuentes de empleo están optando por modalidades de “trabajo en casa” y algunas otras por su naturaleza en cierre temporal. Estas, sin duda, son medidas necesarias, pero se debe hacer notar lo que en nuestro País claramente se está haciendo mal, con la finalidad de propiciar las mejores condiciones que permita superar la pandemia.

Aquí vale destacar un punto clave en estas situaciones: la información, pues la tecnología ha traído muchas ventajas para la sociedad. Sin embargo, con estos medios de comunicación se ha caído en prácticas no deseables, al no saber distinguir entre la información verdadera y falsa, empeorando aún más la situación cuando se difunden datos malintencionados.

Y es que el papel que juegan los medios de comunicación actualmente es muy importante por la velocidad con que permiten difundir y recibir información, por lo que deben ser usados oportuna y responsablemente. Así, algo que pareciera ser obvio, como identificar las fuentes de información reales y actuales, a veces no lo es. Aunado a esto, los gobiernos deben propiciar canales de información completa, veraz y constante actualización.

Otro punto importante es atender las medidas oficiales que han sido establecidas, como lo son el lavado constante de manos, cubrirse al estornudar, no saludar con contacto físico, no acudir a eventos públicos, estar pendiente en caso de presentar síntomas y recordar que la suspensión de actividades es una necesidad apremiante para poder mitigar la pandemia.

Todo esto recae en la sociedad para que asuma de manera responsable todas las indicaciones, recordando que, aunque existen suspensiones escolares y labores, se trata de una situación de emergencia mundial, por lo que incumbe a todos el lograr superar esta grave crisis. Al ser un problema global, debe existir la solidaridad entre la comunidad internacional.

Finalmente, ante sistemas precarios de salud incapaces de atender problemas de gran magnitud, es indispensable recordar que todas las personas viven la situación de forma diferente. Y ante esta circunstancia, los grupos vulnerables usualmente están fuera de las medidas de protección. Un ejemplo claro son quienes viven del empleo informal y que ante la necesidad de ingresos para subsistir no pueden acatar las medidas de resguardo.

Ante esta grave crisis, resulta evidente que desafortunadamente el derecho a la salud no es para todos, sino que pareciera ser un privilegio sólo para quienes tienen un empleo formal. Situaciones como estas evidencian que en tiempos difíciles siempre prevalecen los intereses particulares sobre los colectivos, y que la población más vulnerable se enfrenta a adversidades aún mayores.

La realidad siempre supera todo lo ya establecido. Este es el caso del virus que causa la COVID-19, que en menos de tres meses pasó de ser totalmente desconocido a que hoy se haya “apoderado” del mundo. Pese a todo, debemos tener presente que una sociedad informada, cooperativa y solidaria es la mejor arma para superar lo inesperado.

 

La autora es asistente de investigación del Centro de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales

de la Academia IDH. Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH

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