Elba Esther Gordillo: ¿regresa ‘por la puerta grande’?
COMPARTIR
“Sed de venganza no la tengo, palabra de honor que no, lo que debemos tener es sed de justicia y de legalidad. Yo sentí mi derecho, legal y legítimo, al ser exonerada, de llegar a la presidencia del Sindicato cuando haya una elección libre, con voto secreto y directo y universal”.
La frase anterior corresponde al discurso pronunciado por Elba Esther Gordillo en la ciudad de Cholula, Puebla, durante el Segundo Encuentro Nacional de Jóvenes organizado por la agrupación “Maestros por México”, que busca constituirse en partido político.
El señalamiento de la ex dirigente nacional del SNTE deja claro que “La Maestra” no pretende ser una simple espectadora de la vida pública, luego de recuperar la libertad, tras haber sido encarcelada durante casi todo el sexenio de Enrique Peña Nieto.
La pregunta obligada es, ¿cómo debe interpretarse la intención de retorno de la que fue, sin lugar a dudas, la líder sindical más poderosa de México durante más de dos décadas?
Para quienes a su lado hicieron carrera, escalaron posiciones y, muy seguramente, obtuvieron beneficios personales, sin duda el retorno de la chiapaneca a la vida pública representa una magnífica noticia porque implica la posibilidad de recuperar el poder perdido.
El resto de la sociedad mexicana difícilmente puede interpretar de la misma forma la reaparición de Gordillo y su intención de colocarse otra vez al frente del gremio magisterial.
Y no puede considerarse una buena noticia porque, más allá de la pifia cometida por la Procuraduría General de la República al armar el caso legal contra Gordillo, existen toneladas de evidencia respecto de los excesos cometidos por la dirigente -lo mismo que todos sus antecesores y sucesores- a su paso por la dirigencia sindical.
El deterioro del sistema educativo nacional, es preciso recprdarlo, es responsabilidad, al menos en parte, del gremio encabezado por Gordillo y tal conclusión se encuentra en todos los estudios serios realizados para evaluar el desarrollo histórico de la educación pública en nuestro país.
Por lo demás, el hecho de que su “retorno” se de en el proceso de formar un nuevo partido político -luego de que su anterior franquicia, el Panal, perdiera su registro en las elecciones de 2018- evidencia de modo suficiente lo que se ha dicho en repetidas ocasiones respecto de la verdadera vocación del gremio magisterial: se trata de una agrupación a la que le interesa más la conquista del poder público que la educación.
Así pues, el retorno de la profesora Gordillo a la escena pública, por mucho que se le deba reconocer su carácter de persona inocente -en relación con los delitos de los cuales le acusó el gobierno anterior- no puede calificarse sino de ominosa circunstancia que nada bueno presagia para el sistema educativo nacional.
¿Cómo la tratará la nueva administración federal? ¿Le dispensará el trato de “aliada” que muchos consideran tiene, o la ubicará en el estante de los “adversarios” a quienes el Presidente suele fustigar en sus conferencias de prensa? Habrá que estar atentos a ello.