En defensa de la CNDH

Politicón
/ 15 septiembre 2019

Durante la presentación de su informe anual, el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señaló: "En estos primeros meses de gestión, se empiezan a acumular hechos, actos y omisiones que, vistos en su conjunto, nos harían suponer que procurar la vigencia de los derechos humanos no se está asumiendo como premisa y límite de toda actuación pública, ni se están adoptando medidas pertinentes para revertir la situación que, desde hace varios años, nuestro país ha enfrentado".

Esta declaración resulta aún más preocupante si se toma en cuenta que, por primera vez desde la creación de este organismo, el Presidente de la República no asistió a la presentación de dicho informe. Esto no es un hecho aislado, sino la continuación de una serie de acciones en contra de la CNDH, y un ejemplo de que los derechos humanos no son una prioridad para el gobierno federal. Repasemos algunos ejemplos.

En una de sus conferencias "mañaneras", el Presidente señaló que la Comisión "se quedó callada cuando lo de ABC". El Presidente no está informado o miente. En su Recomendación 48/2009, la CNDH acreditó la existencia de graves violaciones a los derechos humanos en perjuicio de los menores de la Guardería ABC y de sus familias, atribuibles al IMSS y a los gobiernos estatal y municipal.

Además de no hablar con la verdad, el Presidente no cumplió con su compromiso de aceptar todas las recomendaciones de la CNDH, al rechazar la primera recomendación emitida por un acto cometido en su administración: la cancelación del programa de estancias infantiles. "Una vergüenza", dijo, ignorando la violación a los derechos de los niños, las niñas y sus familias.

No conforme con lo anterior, sus aliados en el Congreso han fomentado estos ataques. Ejemplo de lo anterior, es la negativa para que los Secretarios de Hacienda y de Bienestar comparecieran para explicar por qué se negaron a atender dicha recomendación, eliminando el derecho de las víctimas a recibir una explicación fundada y motivada por parte de las autoridades. En una declaración lamentable, la diputada Dolores Padierna señaló que "ni el presidente de la Comisión de Derechos Humanos ni nadie nos dicta la agenda".

Preocupan también las declaraciones de un senador de Morena, quien señaló que el Presidente planea enviar una iniciativa preferente para desaparecer a las comisiones de derechos humanos y crear una Defensoría del Pueblo, con titulares a modo y sin garantías reales de independencia.

El panorama es preocupante y desalentador. Los ataques a la CNDH forman parte de una política de debilitamiento institucional y pérdida de libertades. Sólo así se puede entender la consolidación de la militarización del país, con la creación de la Guardia Nacional y la destrucción de la Policía Federal, el incremento de delitos que ameritan prisión automática, la ley garrote, la ley Bonilla, entre otras.

En una democracia tan frágil e inacabada como la nuestra, los ataques en contra de la CNDH ponen en un grave riesgo los logros que tantos años nos han costado. Es momento de construir un frente desde sociedad civil, colectivos de víctimas y academia que impida la destrucción de la Comisión, impulse su fortalecimiento y rechace la creación de una Defensoría del Pueblo a modo.

En noviembre iniciará el proceso para la selección de la persona que ocupará la presidencia de la CNDH por los próximos cuatro años. Además de salvar a la Comisión, debemos exigir un proceso transparente, en el que se evalúe la independencia y la capacidad técnica y no la afinidad política.

Desde su creación, la CNDH ha defendido nuestros derechos: es hora de defenderla.

@MaElenaMorera

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