ENTRE DOS MUELAS CORDALES NUNCA PONGAS TUS PULGARES
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El Quijote II, 43
Antes de partir Sancho Panza a la ínsula Barataria para ser gobernador de ésta, don Quijote le da una serie de recomendaciones que Cervantes llama “consejos segundos”. En la plática que con este motivo sostienen, amo y escudero discuten una vez más sobre el tema de los refranes. Don Quijote reprocha a Sancho, como muchas veces lo hace, que no se canse de citar refranes.
Le dice el caballero a su escudero: “¡Sesenta mil satanases te llevan a ti y a tus refranes! Una hora ha que los estás ensartando y dándome con cada uno tragos de tormento. Yo te aseguro que estos refranes te han de llevar un día a la horca”.
En su defensa, Sancho alega que don Quijote se queja de poca cosa y que sus refranes son la única riqueza con que cuenta. Y que en ese momento se le “ofrecen cuatro, que venían aquí pintiparados”. Le pica la curiosidad a don Quijote y quiere saber qué cuatro refranes son esos. Y el primero que cita Sancho es ‘ENTRE DOS MUELAS CORDALES NUNCA PONGAS TUS PULGARES’”.
El cervantista español César Vidal interpreta este refrán así: “No debe entrarse en situaciones de las que pueda derivar un peligro”. Otro cervantista, también español, J. Leyva, explica lo siguiente: “El refrán sirve de advertencia a quienes intentan poner paz entre contendientes en asuntos familiares”.
@jagarciavilla