Es hora de iniciar una nueva etapa

Politicón
/ 9 junio 2017

Con un final muy competido, con una participación de alrededor del 60 por ciento de los votantes registrados en el padrón electoral, el candidato Miguel Ángel Riquelme Solís ganó la gubernatura de Coahuila para los próximos seis años. Los números de la autoridad electoral así lo acreditan. Son los hechos.

La mejor explicación en la victoria puede encontrarse en la amplia propuesta de gobierno, detallada regionalmente, en la que Riquelme plasmó su visión de lo que hay que hacer desde la administración estatal para que Coahuila siga avanzando en su consolidación como un estado líder en desarrollo socioeconómico. 

La propuesta de gobierno fue la clave, a decir de muchos analistas, para que el candidato tricolor pudiera captar los votos necesarios en el sector ciudadano, que aunque muy crítico y escéptico, fue sumándose a la opción del que finalmente resultó ganador de la contienda.

En un estado tan sólido como el nuestro, con la confiabilidad que da la trayectoria y conocimiento de la administración pública, y en general de la política, que tiene quien será el próximo gobernador, el proyecto articulado de un plan de gobierno fue el elemento diferenciador entre quienes participaron con la representación de los diferentes partidos, e incluso por la vía independiente.

Lo cerrado de los conteos, dado que en nuestra entidad todos los triunfos previos del partido mayoritario habían sido siempre por amplios márgenes, algunos de los candidatos se han unido al segundo lugar para organizar marchas y manifestaciones de propuesta contra la contabilización oficial de sufragios.

Nadie puede negar la legítima, muy legitima, posibilidad de expresión y movilización que tienen todos los ciudadanos y actores políticos. Llama mucho la atención la manera en que se atacaron con dureza, incluso con un alto grado de descalificación en lo público y en lo privado, sin poder alcanzar nunca la posibilidad de un frente opositor, que ahora quieren integrar. Sus mismos seguidores les reprochan lo tardío.

Desmerece su consistencia como políticos y como personas. Muestra un pragmatismo fuera de todo compromiso con las posturas y principios que presumían hace apenas una semana. Y en todo caso un nivel de desconocimiento de la realidad electoral del estado. No sabían dónde estaban parados.         

Ahora vamos a ver hasta dónde llega la madurez y el nivel de aceptación de la legalidad. No es muy promisoria su protesta, que seguramente habrá de irse diluyendo a medida que los órganos electorales vayan avanzando en el dictamen y calificación de la elección.

La construcción de un proceso de transición ordenado y transparente es lo que espera hoy la mayor parte de  la ciudadanía, que quiere ver el inicio de una nueva gestión gubernamental que venga a potenciar lo que ya se ha logrado en materia de seguridad, crecimiento económico y generación de empleo.

Vamos a considerar que en cuanto la autoridad de a conocer el cómputo final y declare ganador podrá venir una andanada de los opositores que se niegan desde ya a aceptar el resultado, pero también que habrá otras fuerzas políticas distintas a los que han obtenido la victoria, que democráticamente, como ya lo han hecho, acaten el mandato popular de las urnas.

La importancia que tiene Coahuila, con su amplia planta productiva, donde conviven inversiones de muchos países, nos hace estar en los ojos y la percepción de muchos actores económicos destacados que habrán de valorar las condiciones de estabilidad en nuestro estado, para seguir expandiendo sus fábricas ya instaladas y sus nuevos proyectos. 
Coahuila tiene que seguir creciendo. Desarrollándose. Avanzar en su integración con Norteamérica y el resto del mundo. Por ello votó la mayoría que decidió que Riquelme sea el nuevo Gobernador.

Lo que más desean los coahuilenses es seguir teniendo la oportunidad de realizar sus proyectos de vida personal. Que nuestros municipios sigan mejorando. Considerando que había algunos, como Saltillo, que habían padecido cuatro años de desorden en los servicios públicos y debilidades en el gobierno municipal reflejados en algunos aspectos de inseguridad.

Es hora de iniciar una nueva etapa. Es hora de construir. Esa fue la decisión que tomó la mayoría. Habrá que acatarla. 

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