Flora mágica
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He aquí algunas cosas peregrinas que he encontrado en mis lecturas acerca de flores, yerbas, frutos, árboles, plantas y vegetales mexicanos en general:
- El nombre científico del humilde garambullo es muy pomposo: se llama “Rosa Montezumae”. Rosa de Moctezuma.
- Los aguacates (del náhuatl “aguacatl”, que significa testículo, se llama así porque tiene la forma de esa parte del varón, y no al revés. Entre los antiguos mexicanos el aguacate gozaba fama de acrecer la cantidad de semen.
- Alejandro de Humboldt visitó al árbol de Santa María del Tule, y esa noche escribió en su diario que aquel ahuehuete... es mayor que el dragonero de las Islas Canarias y el baobab del África...”.
- La palabra “amole” viene de “atl”, agua, y “molli”, salsa o guiso (de aquí el nombre del mole). Clavijero dice que lavarse el pelo con agua de amole hace rubio el pelo.
- En el sureste de la República llaman “palo de nacer” a los troncos que se clavan en la tierra para que sirvan de cerca, y que luego echan brotes por fuerza de la tierra y el agua.
- En Tabasco se da una rara planta llamada paradójicamente “aromo”. La raíz de esa planta, masticada, huele a caca, con perdón sea dicho. Escribe en uno de sus curiosos textos don Francisco J. Santamaría: “...Los muchachos, en ciertos pueblos de Tabasco, la hemos usado para hacer la travesura de disolver los bailes familiares, escupiéndola en el salón...”.
- ¿Qué son el bacal, el garojo, la tusa, el zuro, el carozo, la espata y la farfolla? Son simplemente otros nombres para llamar al olote.
- Los otomíes le decían “bonda” al nopal de la especie al que perteneció aquel en el que se posó el águila del escudo nacional. Es el nopal que da tunas taponas. Son las más grandes que hay, hasta el punto en que una de ellas puede llegar a pesar hasta 400 gramos. Por eso se ven en el escudo de tamaño que parece irreal.
- “Cinco llagas”. Es otro nombre popular para el toloache, cuyo nombre científico es “Martynia fragans”.
- Al taray le decían los boticarios de antes “palo nefrítico”. Puesta su corteza a cocer en agua, primero la pinta de dorado, luego de color naranja y al último de azul. Ese cocimiento servía para aliviar la retención de orina.
- Fray Francisco Ximénez, en su libro “Virtudes medicinales de las plantas y animales de la Nueva España”, habla de una yerba llamada por los indios “nolli”. Daba esa planta una goma que servía para hacer las pelotas con que jugaban su famoso y mortal juego los mayas, aztecas y otros pueblos indígenas. Otra virtud aneja tenía el “nolli”: su resina, mezclada con unos gusanos llamados “axin”, “... engendra en quien la toma –escribe fray Francisco– cierta facilidad extraordinaria para doblar y revolver el cuerpo admirablemente, pues ablanda los huesos...”.
Increíbles cosas de la increíble flora mexicana.