La justicia con toga frente al proceso electoral local 2021
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En su obra “La Justicia con Toga”, Ronald Dworkin narra que en alguna ocasión, camino a su oficina, el magistrado del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Oliver Wendell Holmes, llevó a Learned Hand en su carruaje. Al bajar, el futuro juez se despidió de él diciendo: ¡Haga justicia, magistrado!
Holmes hizo girar su carruaje para dirigirse a Hand, a quién le replicó: ¡Ése no es mi trabajo! Acto seguido, se trasladó a su trabajo, supuestamente consistente en no hacer justicia.
Es evidente, dice Dworkin, que las convicciones morales de un juez tienen un peso determinado en sus juicios sobre qué es el derecho y, por ende, la justicia. Esos convencimientos no aparecen súbitamente, se gestan con el tiempo y la influencia de múltiples factores.
En mi caso personal, si tuviera que definir el momento clave en que dichas convicciones comenzaron a gestarse, me remontaría al otoño del 93, justo cuando asistí a mi primera clase de derecho. Ahí comencé a perseguir la posibilidad de ejercer el derecho para poder hacer justicia.
Con el paso del tiempo, mis concepciones sobre la justicia se fueron aclarando. Para ello tuvieron que transcurrir materias, libros, códigos, exámenes, calificaciones, docentes y semestres. Mis ideas sobre el papel de los juzgadores también se hicieron más nítidas: entendí que la correcta dimensión de su labor implica concebirlos como lo más relevante de cualquier sistema de justicia, básicamente porque su trabajo sí consiste en hacer justicia.
Ya con mayor madurez profesional, esas ideas se convirtieron en convicciones. A ellas se sumó una más: explorar la posibilidad de ser juzgador en algún momento de mi vida profesional.
Fue así como, después de más de veinte años de carrera y catapultado por la academia, el Senado concedió a este enreverado sujeto la oportunidad de ser magistrado en una gran institución: el Tribunal Electoral de Coahuila de Zaragoza (TECZ).
La trascendencia del TECZ en la democracia coahuilense obedece a múltiples razones. Históricamente ha destacado a nivel nacional por ser precursor en diversos temas político-electorales.
Por ejemplo, en materia de paridad de género fue pionero al establecer criterios que permitieron a las mujeres participar en la política en condiciones de mayor igualdad y equidad.
En cuanto al reconocimiento de los derechos político-electorales de las comunidades indígenas, recientemente garantizó su representación a través de la figura de la regiduría étnica o afromexicana.
También se ha convertido en un modelo por sus innovaciones tecnológicas. En el 2020, haciendo frente a las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia, fuimos el primer tribunal electoral en brindar la posibilidad de recibir medios de impugnación a través de nuestra página web.
Así mismo, implementamos el más eficiente y completo buscador de sentencias electorales, permitiendo obtener todos los datos relacionados con nuestras resoluciones en un mismo espacio virtual.
Sin embargo, el dato más significativo radica en el porcentaje de confirmación de nuestras resoluciones. En el 2019 fue del 91 por ciento y en el 2020 del 95 por ciento. Por lo que hace al 2021, respecto de las 101 sentencias emitidas hasta hoy, nuestra efectividad se ha mantenido arriba del 95 por ciento.
Estos datos evidencian que los coahuilenses tienen en el TECZ una instancia jurisdiccional sólida, profesional, asertiva, objetiva, imparcial y garantista de los derechos político-electorales de los actores políticos y de la ciudadanía en general.
Estoy cierto que el día de hoy tendremos una jornada electoral pacífica, responsable y nutrida. Sin embargo, ello no evitará la judicialización de muchos resultados. Ello es tan normal como los disensos propios en la resolución de asuntos en cualquier órgano jurisdiccional colegiado; lo anormal y sospechoso sería una permanente y plana unanimidad.
Quienes integramos el TECZ pedimos a la ciudadanía coahuilense que vote. Seguramente habrá conflictos judiciales. Sin embargo, les podemos asegurar que nuestro tribunal estará a la altura de las exigencias propias de una democracia consolidada y que, sin lugar a duda ¡se hará justicia!
El autor es magistrado presidente del Tribunal Electoral de Coahuila
@SergioDiazTECZ