La Revolución Mexicana y la Cuarta Transformación
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El 20 de noviembre será el 108 aniversario de la Revolución de 1910, hecho histórico y fundamento ideológico de un modelo social, político, económico. Y de reconocimiento mundial, debido a los beneficios sociales que logró. Con el devenir del modelo neoliberal, la celebración de la Revolución Mexicana fue perdiendo importancia oficial, pero no moral e ideológica. La obra de don Jesús Silva Herzog (1921-1985) fue fundamental para entender ese proceso ideológico. En su clásica "Breve Historia de Revolución Mexicana", definió tres etapas de la Revolución: la maderista, la constitucionalista y la de lucha entre facciones. Muestra que "primero predominó un pensamiento político, pero se empezó a manifestar el pensamiento social
periódicos, planes políticos, manifiestos, libros. "En el transcurso de la Revolución las ideas se van precisando, se van clasificando, se van radicalizando". En Trayectoria ideológica de la Revolución Mexicana precisó la serie de ideas, manifiestos, proclamas, que fueron conformando el cuadro ideológico. La inicial ideología política antiporfirista, se fue convirtiendo en un pensamiento cada vez más social y popular de diversas corrientes ideológicas: agraristas, obreras, marxistas, liberales, izquierdas, derechas, incluso anarquistas y cristianas. Estos "conocimientos influyeron en la redacción de la Constitución de 1917 —se alimentaron de distintas fuentes
y sobre todo en la historia y en la realidad dolorosa, hija de la miseria y el desamparo en que se hallaba sumergida la mayoría de los mexicanos" ("Dos Opiniones Heterodoxas sobre la Revolución Mexicana", 1970). Las bases ideológicas de la Revolución fueron plasmadas en el articulado constitucional: educación pública y gratuita, salud universal, derechos laborales, casa digna, el agrarismo, la soberanía popular sobre los recursos estratégicos, todo "con una participación activa y positiva de los movimientos populares en la política nacional" (Hobsbawm), bajo el principio máximo de la justicia social.
Históricamente, la tarea revolucionaria posterior fue construir el Estado y la economía nacional, sobre la base de la Constitución de 1917. Surgieron así, en los años veinte, aún con guerra civil, el Banco de México, Nacional Financiera, Banobras. En lo político, fueron cohesionando fuerzas políticas y sociales para apaciguar los conflictos militares. Los años treinta sentaron las bases para consolidar este proceso, como escribió Alan Knight: "México poseía una base industrial
se benefició de unas previsoras medidas keynesianas fiscales aunadas a una reforma social estructural. El presidente Cárdenas
sus reformas
sentaron las bases del Estado mexicano moderno y supusieron un ejemplo para las reformas nacionalistas de otros países del subcontinente" ("Historia Oxford del Siglo XX"). Los años cuarenta vieron la consolidación del Estado nacional como el eje del desarrollo económico, político y social, con crecimiento económico constante e instituciones sociales correspondientes a las demandas revolucionarias. En este "milagro mexicano", el sector público fue clave del desarrollo económico, el gasto federal fue el instrumento más directo para influir sobre los diversos sectores de la economía y en los resultados obtenidos al aplicar ciertas medidas para cumplir las metas de un modelo de Estado de Bienestar con crecimiento del PIB cercano al 7%, por décadas, con avances en ideales revolucionarios de la Constitución y sobre, todo, con justicia social.
Este patrimonio moral, económico y social construido por la Revolución se diluye, es traicionado. Embozada en una ideología neoliberal, se estableció una oligarquía que se apropió de la riqueza nacional, anulando la justicia social, sumiendo a México en una tragedia de desigualdad absoluta y corrupción desenfrenada. Pero detonó un movimiento popular abanderado por Andrés Manuel López Obrador, llevado al poder nacional por más de 30 millones de votos, impulsando desde abajo la Cuarta Transformación, una revolución pacífica, nacionalista, popular, soberana, contra la corrupción y en favor de la justicia social.