La Suprema Corte en el 2020
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Cuando la rueda del tiempo nos ubica en los albores de un ciclo anual, los seres humanos consideramos oportuno hacer un balance histórico, un recuento de logros y pendientes, que nos permiten retrospectivamente evaluar el pasado, comprender el presente y vislumbrar el futuro. El discurso del ministro Arturo Zaldívar Lelo de la Rea realizó este ejercicio respecto del Máximo Tribunal del país, en la sesión de inauguración del primer período de sesiones, correspondiente al año 2020.
En primer término señaló que este año se celebra "el 25 aniversario de que la Suprema Corte se constituyó como Tribunal Constitucional del Estado Mexicano". Afirmación totalmente cierta, pues a partir de la reforma constitucional de 1995 la Corte se convirtió en el fiel de la balanza en la solución de los trascendentes e importantes conflictos sometidos a su jurisdicción.
Valores fundamentales de un Estado democrático de derecho, cuya soberanía radica en la voluntad popular y tiene como objetivo el bienestar de los gobernados, el respeto irrestricto a sus Derechos Humanos; y, a los principios de: supremacía constitucional, legalidad y división de poderes.
El presidente de la Corte destacó las etapas por las que el Máximo Tribunal ha transitado desde entonces. La primera, que ubica dentro de los primeros 15 años de este período, "… este Tribunal Constitucional enfocó sus energías, sobre todo, a definir los ámbitos competenciales de los diferentes órdenes jurídicos del sistema mexicano. Baste recordar los numerosos asuntos en los que la corte definió e interpretó la competencia de los órganos gubernamentales: federales, estatales, municipales, de la CDMX, así como de los organismos constitucionales autónomos. Generando, sobre todo certeza y seguridad jurídica en un complicado sistema competencial".
La segunda etapa, señala el ministro presidente "—que inicia en 2010, pero con mucha intensidad a partir de 2011— la Corte enfocó sus baterías, sobretodo, en la protección y desarrollo de los derechos humanos de todas y de todos". En esta fase, el Máximo Tribunal definió los alcances del control de convencionalidad, jerarquía normativa de tratados internacionales, control difuso y principio pro-persona.
En juicio de amparo: interés legítimo, declaración general de inconstitucionalidad de leyes, amparo adhesivo, irretroactividad de la jurisprudencia y otras de gran importancia para la vida jurídica de nuestro país. En estos dos períodos tuve la fortuna de participar como integrante del Tribunal Constitucional. En la tercera etapa, que ahora la vivo como ciudadana, el presidente de la Corte vislumbra la gran trascendencia de la actuación de este Tribunal, en el año que inicia y, en este aspecto, me limito a abrir comillas y presentar textualmente las partes más relevantes del discurso: "… tratamos de fortalecer nuestra legitimidad de generar una mayor cercanía con la gente… de generar medidas que nos permitan fortalecer y consolidar nuestra función como Tribunal Constitucional… este año, por primera vez desde la reforma constitucional de 1995… en este Tribunal Constitucional, en el Tribunal Pleno habrá tres mujeres, tres ministras, celebro que así sea, porque vienen a… sumarse a esta idea… en la que estamos comprometidos… con, la paridad de género".
A lo largo de este año esta Suprema Corte tendrá que resolver asuntos de mayor relevancia… para la democracia de nuestro país, entre ellas, señalo las siguientes: la acción de inconstitucionalidad coloquialmente conocida como "Ley Bonilla… Gestación Subrogada… Impedimento a personas con Discapacidad intelectual para contraer matrimonio; igualdad de género en el otorgamiento de indultos a padres y madres privados de la libertad… al aborto". Entre otros.
Las resoluciones que dicte esta Suprema Corte, podrán ser opinables y discutibles, podrán no gustar a todos, pero nuestras argumentaciones sostendrán la legitimidad de que estamos cumpliendo nuestra obligación de respetar la Constitución y de proteger los derechos de las personas como único parámetro de nuestra actuación y decisiones; nuestra independencia está asegurada, lo mismo que nuestra autonomía. Esta Suprema Corte seguirá haciendo diferencia en la vida de las personas, seguirá ampliando, seguirá fortaleciendo, seguirá protegiendo los derechos humanos de todas y de todos… hoy nuestro compromiso de trabajar cada vez mejor con mayor intensidad y con mayor cercanía, en beneficio de la gente, en beneficio de todas las personas que habitan nuestro país".