Las PYMES mexicanas son dejadas a su suerte, mientras en EU ya recibieron recursos por el equivalente a media economía de México

Politicón
/ 3 mayo 2020

No es novedad que se vienen encima tiempos difíciles en materia económica. Esto aplica para todo el mundo y México no será la excepción. Debe ser importante y urgente para nuestros gobernantes (AMLO) entender y aceptar que ningún país, independientemente de la ideología política de su gobierno y sus buenas intenciones, estará exento de las consecuencias económicas que traerá el coronavirus. No importará cuántas canciones de Óscar Chávez (QEPD) cantemos ni qué estampitas de santos carguemos, el tsunami económico viene y debemos buscar terreno elevado, subir la economía, aunque sea a un montículo para reducir los estragos.

Entre la incapacidad de partidos, del poder legislativo, de cámaras empresariales y medios de comunicación de generar un contrapeso razonable y ordenado, acabamos en las manos de lo que parecen ocurrencias al vapor, comunicadas a través de múltiples conferencias diarias (mañanera, vespertina y nocturna) del Presidente. No es normal ni apropiado que el País sea gobernado desde el podio, a botepronto y con funcionarios de primer nivel secuestrados por largas horas en una silla incómoda, tratando de mantenerse despiertos entre frase y frase de su jefe. Los medios representados no generan nota relevante, sólo el meme o la exageración. Hemos caído en eso que tanto criticó el presidente López Obrador. Se ha convertido en aquel Salinas de Gortari que “ni nos ve ni nos oye”. Las preguntas plantadas al estilo Lord Molécula son bienvenidas y se quiere gobernar a partir de frases (“adversarios”, “neoliberales”, “no somos iguales”, “se acabó la corrupción”) que ya cansan hasta al más dispuesto a otorgar uno de los beneficios más escasos en estos tiempos, el de la duda.

Le toca a este gobierno de la 4T enfrentar el reto de la crisis económica de la pandemia. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero estamos en la era del “benchmark”, todo se debe comparar, los datos son una herramienta muy valiosa e ignorarlos (o generar los propios alternativos sin fundamento) es peligroso. Mientras en Estados Unidos gobiernan los Republicanos, que son (o eran) fiscalmente conservadores, creyentes fieles del capitalismo y los principales promotores del neoliberalismo alrededor del mundo, en México tenemos a alguien que dice repudiar a los conservadores y a los neoliberales, pero que al mismo tiempo es más ortodoxo en política fiscal que los inventores del neoliberalismo. Tenemos a los Republicanos inyectando suero necesario al paciente (las empresas, la gente). Propusieron a su Congreso y, con el apoyo de los Demócratas, han implementado programas de estímulo económico por 2.5 trillones de dólares, equivalente a un 13 por ciento de su PIB anual. De este monto, una cuarta parte son créditos blandos a empresas chicas. Sí, Estados Unidos está dedicando un monto equivalente a la mitad del PIB de México para apoyos directos a empresas chicas (menores a 500 empleados). Me tocó manejar ese proceso para la empresa en la que trabajo. 15 minutos en la aplicación en línea y cuatro documentos escaneados. El trámite, una vez revisado y aceptado por el banco, se carga al sistema del gobierno (Small Business Administration), el mismo día se confirma la aprobación, se firma un pagaré de tres hojas (escaneado) y al día siguiente se recibe el dinero. Empresas en la zona con menos de 30 empleados han recibido hasta 600 mil dólares que deben ser destinados a pagar nómina y, si la empresa no despide empleados, el crédito es perdonado. Se espera que se otorguen unos 5 millones de créditos (hay 30 millones de empresas Pymes en Estados Unidos) de unos 130 mil dólares promedio. La economía de Estados Unidos es 17 veces más grande que la de México y si quisiéramos dirigir apoyos proporcionales a las Pymes mexicanas estaríamos hablando de un 3.25 por ciento del PIB, unos 39 mil millones de dólares. AMLO anunció 1 millón de créditos de 25 mil pesos durante el 2020 (en Estados Unidos el dinero ya se depositó), la mitad para informales. Es decir, ese apoyo en México, si se acaba dando, será de mil millones, muy lejos del monto proporcional que dejaría a las empresas mexicanas en igualdad de circunstancias con las americanas. Parece que es válido dudar de si estamos listos para el tsunami.

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