Las(os) defensores de derechos humanos jamás han callado
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En definitiva el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha perdido de lo ocurrido con los movimientos de la sociedad civil organizada en la historia reciente de nuestro país.
Lo anterior, luego de que el presidente indicara en su conferencia matutina del pasado miércoles, que los organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil callaron ante las masacres ocurridas en sexenios pasados.
Al mandatario no le ha bastado con descalificar el trabajo desempeñado por organismos civiles dedicados a la transparencia o el combate a la corrupción, a los que por lo general descalifica o critica, ahora también lo hace en contra de los organismos internacionales y nacionales que trabajan temas tan delicados como la desaparición forzada y las graves violaciones a los derechos humanos.
Tal actitud de López Obrador resulta preocupante y hasta ofensiva, porque son justo estos organismos los que también han reconocido los esfuerzos del Estado y en el particular de la 4T, para construir espacios de diálogo que permitan resolver este problema
Organizaciones como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Idheas Litigio Estratégico de Derechos Humanos -en el ámbito nacional-, el Centro Diocesano para los Derechos Humanos "Fray Juan de Larios A.C." y Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos -en la entidad-, tan solo por mencionar algunas, son una muestra clara, del gran aporte que han hecho son sus informes, documentación y trabajo de búsqueda.
Además, su labor no sólo merece nuestro respeto, sino toda nuestra gratitud por ejercer un contrapeso real al poder público, contribuir a la democracia y no desistir en sus demandas sin importar los colores partidistas. Justo su experiencia a lo largo de todos los sexenios los ha hecho conocedores a profundidad de un problema en el que el Estado mexicano se ha visto rebasado.
¿Dónde quedan todas las mesas de diálogo para encontrar una salida a esta grave crisis de violaciones a los derechos humanos? ¿Hasta dónde llegará la ceguera de un presidente que no ve más que adversarios políticos, como si todo lo que ocurre a su alrededor se tratara de él?
Para la memoria. La ONU ha contribuido para evidenciar la práctica de tortura en nuestro país. En el caso de la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, este organismo, ayuda al actual gobierno con la contratación de expertos internacionales.
Cabe mencionar, que tanto la ONU como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos también condenaron la masacre ocurrida en Tlatlaya.
En conclusión, las aseveraciones del presidente no sólo dan una muestra de una profunda ignorancia, por decir lo menos, sino que termina por entorpecer el camino andado por los actores políticos que también forman parte de su gobierno.