Los aspirantes: 3 Noé Garza Flores
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La pregunta fue muy sencilla: “¿Cuánto gana?”. Noé Garza Flores respondió de manera agresiva: “A ver, ¿cuánto ganas tú?”. Los reporteros mantuvieron su grabadora encendida esperando la respuesta, estábamos en la banqueta del edificio del Congreso del Estado, Noé nunca reveló a cuanto ascendía su sueldo como Diputado local, era el Coordinador de la Fracción Parlamentaria del PRI y Presidente de la Gran Comisión, pero su concepción del servicio público no incluía la idea de informar a los ciudadanos sobre sus percepciones provenientes, desde luego, del dinero que todos pagamos en impuestos.
Hoy Noé se anuncia como aspirante independiente a la Gubernatura del Estado y sus aspiraciones son de temerse, alguien que considera como información confidencial el ingreso de un servidor público nunca podrá ser un buen Gobernador.
Además de no estar dispuesto a revelar sus ingresos como Diputado, Garza Flores era conocido como un diputado dicharachero, para él – y lo decía públicamente- “los que reculan son reculeros”; tal vez sea por esa afición a las ocurrencias verbales que ahora se quiere presentar como el candidato bronco de Coahuila.
Pero no basta con haber estudiado agronomía, usar botas y sombrero, o haber pertenecido a la Confederación Nacional Campesina, eso no es suficiente para encabezar un cambio democrático genuino, más allá de la demagogia y el efectismo.
Y es que existen diferencias entre Jaime Rodríguez y Noé Garza. El Gobernador de Nuevo León fue construyendo su imagen desde que era Alcalde de García, su vida fue un buen producto para la mercadotecnia política y su discurso fue magistralmente dirigido para lograr el efecto deseado.
Pero a diferencia de “El Bronco”, Noé no es un ganador. Cuando fue dirigente estatal del PRI, a mediados del sexenio de Rogelio Montemayor Seguy, su partido perdió las alcaldías más importantes del Estado incluyendo Saltillo, Monclova y Ramos Arizpe. Más tarde ocupó el cargo de Diputado Federal gracias a la renuncia exprés de Hilda Flores Escalera, otra aspirante a la gubernatura.
A Garza Flores le hizo justicia la revolución desde hace mucho, se subió al tren revolucionario y últimamente viajaba incluso en primera fila, muy cerca del primer círculo moreirista en este sexenio. Por eso llamó la atención su inopinada salida del PRI, para hacerse llamar “independiente” y “ciudadano”.
A otro perro con ese hueso, Noé es priísta se presente donde se presente y se vista como se vista; sus mensajes en redes sociales no le van a quitar su esencia tricolor, es más priísta que muchos militantes, entendiendo el priísmo como esa extraña mezcla de corrupción y desvergüenza, de cinismo y despilfarro, de impunidad y autoritarismo.
Votar por Noé sería votar por el PRI, así de simple y así de sencillo. De hecho su encumbrada posición en el sexenio y su extraña salida del PRI despiertan sospechas: ¿No se tratará de una jugada maestra del grupo en el poder para perpetuarse sin membrete?
Por lo pronto, Noé Garza dista mucho de representar a la sociedad civil coahuilense; en cambio, es fiel representación del priísmo en su más genuina versión.
*El presente artículo expone mi punto de vista, no la opinión del Gobierno Municipal en el que laboro.
columnaacropolis@gmail.com
Twitter: @bebefuerza