Mienten los que aseguran la “toma” de catedral por el ejército

Politicón
/ 14 septiembre 2020

¿Qué buscan Pedro Ferriz De Con y otros “comunicadores” alarmando a la gente sobre la supuesta toma de Catedral por parte del ejército mexicano?

Les platico: Reflectores, rating, protagonismo, jalar agua para su molino, congraciarse con sus correligionarios, llenar sus espacios noticiosos con “voladas” en vez de información sustentada, en dos palabras: sembrar miedo. Buscan todo, menos informar.

¿Qué les costaba a esos “comunicadores” echarle una llamada a cualquiera de los canónigos de Catedral para despejar sus alucinadas dudas?

Si lo hubieran hecho, se habrían enterado de que lo protocolos que cada año se siguen con antelación a la concentración del Zócalo con motivo del grito, fueron adelantados debido a que además de supervisar el uso de la pólvora de los fuegos artificiales, los soldados fueron habilitados para apoyar a las autoridades de salud en el aseguramiento de los cercos sanitarios que buscan evitar aglomeraciones.

Hablé incluso con un militar retirado de alto rango y me dijo que gente de tropa es comisionada todos los años para repicar las campanas de catedral, apenas el Grito de Independencia es dado.

Le pregunté directo si a su juicio la presencia de la tropa la tarde y noche del 13 de septiembre puede ser visto como un intento de toma de la Catedral y me respondió casi adivinando por el teléfono sus ojos clavados en los míos: “¿Para qué iba el ejército tomar ese recinto? ¿Con qué propósito? ¿Buscando qué?

También platiqué con personal del área correspondiente del gobierno de la CDMX y a calzón quitado me dijo que falló la comunicación y coordinación de las autoridades civiles y militares, con la jerarquía eclesiástica.

En años anteriores, los soldados apenas si eran vistos en los preparativos de seguridad del Grito, pues se hacían presentes en los alrededores exteriores de Catedral.

Pero ahora, sabrá el Dios de Spinoza por órdenes de quién, fueron vistos en los oficios del mediodía y so provocó suspicacias de quienes en todos lados ven moros con tranchete.

Platiqué con uno de los asistentes del Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, y me dijo que la presencia tan temprana de los militares se hizo sin dar aviso a las autoridades de la Iglesia Católica y en eso sí hubo un reclamo.

Me explicó que como la colaboración siempre se ha dado entre las autoridades civiles, militares y religiosas, se hubiera sugerido como siempre lo han hecho, que los soldados no se mostraran tan a la vista de los feligreses, como señal de respecto a los rituales de la Iglesia.

“En esta ocasión no hubo ninguna falta de respeto, solo que no sabíamos que iban a presentarse tan anticipadamente debido a las reglas a que obliga la pandemia”, me comentó.

Aunque la autoridad eclesiástica ya está divulgando la verdadera versión de los hechos, me pidió que hiciera énfasis en que no es verdad la supuesta toma de Catedral por parte del ejército.

Finalizó diciéndome que desde ayer por la tarde, estará restringido el acceso de los fieles a la Catedral por los motivos antes señalados.

El militar retirado a quien consulté me aseguró que aunque resulte difícil de entender, cuidar el Zócalo con menos gente de lo habitual la noche del Grito, es más complicado que hacerlo con la plancha llena, porque ahora se tendrá qué evitar con mucho celo la cercanía entre cada uno de los que acudan a dicho acto.

CAJÓN DE SASTRE

“Pedro Ferriz De Con y secuaces que lo acompañan, no traten de asustar con el petate del muerto, todavía ven la tempestad y no se hincan”, dice la irreverente de mi Gaby.

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