A plantón de jubilados, ¿oídos sordos? (3)
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Cuarenta días de plantón frente a donde despacha el todavía Gobernador. Cuarenta días y sus noches. Lo único cierto es que a este gobierno le falta sensibilidad para atender, voluntad para hacer y valor para sostener su palabra.
Pero, lamentablemente, ninguna sorpresa. Así ha sido el estilo.
Hay un plantón en Saltillo y otro en Torreón, en la Plaza Mayor. Ambos son un símbolo del Gobierno que hay y el desgobierno que impera.
En el Día del Maestro, ante cerca de mil pertenecientesa las secciones 5, 35 y 38 del SNTE, el titular del Ejecutivo prometió tener el servicio funcionando al 100% en cuatro meses. Prometió más: transparentar el sistema de pensiones, dejar un fondo de pensiones sin riesgo.
Pero ya se sabe: falta sensibilidad para atender, voluntad para hacer y valor para sostener la palabra.
Los presentes en el evento magisterial, aplaudieron. ¿Le habrán creído? Algunos señalan que todo se debióa la rifa de 11 automóviles con tanque lleno, cada uno con costo de unos 170 mil pesos. O por los nueve viajes a Cancún.
Las crónicas del evento señalan que solo se rifarían cinco autos “pero con la emoción del momento” el titular del ejecutivo subió a 11 el total (El Universal, mayo 15, 2016). Regalando como si fuera suyo; disponiendo como si no se debiera hasta el pozole. Así el show y el cinismo.
Y así, cómo se mantienen en el poder: se educa para aplaudir la esperanza de un beneficio inmediato. Todo lo demás, se ignora.
Pero ya se sabe cómo se honra la palabra en el actual gobierno, recordemos lo de la tenencia y el “no más deuda”. Se sabe la pericia y la prontitud con la que se resuelven los problemas, veamos lo que sucedió en el Registro Público en Saltillo. Se sabe la civilidad con la que se toman las divergencias, recordemos quienes se anunciaron candidatos independientes.
Se dice y nada; se compromete y es lo mismo. Una montaña rusa. Ya en confianza, hasta los cercanos lo comentan: puedes pasar del favorito al más odiado en menos de lo que lo comprendes. Y no te enteras ni por qué. Fin.
Regresando con el reclamo de jubilados y pensionados, el asunto no es nuevo. No es algo inventado.
Un poco de memoria. Por allá de enero de este año, la empresa que lleva por nombre Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico (DIMESA) publicó un desplegado señalando el adeudo de 229 millones de pesos (VANGUARDIA, enero 14, 2016). Esa cantidad sería el equivalente a más de un año y medio de servicio no pagado. O dos autos rifados.
En abril de este año, la Clínica del Magisterio de la Sección 38 de General Cepeda fue tomada por profesores y pensionados: se reportaba que, de menos, desde el mes de noviembre anterior no había medicamento (VANGUARDIA, abril 12, 2016). También allá hubo el compromiso de superar la escasez.
La lista puede seguir y el calendario retroceder.
Posterior a dos reuniones con quien todavía reparte en Palacio de Gobierno, se instalaron tres mesas de trabajo, una por cada demanda: auditoría externa al servicio médico, derogación de artículos inconstitucionales de la ley de pensiones, normalización del servicio médico. Al día de hoy, sólo se ha concretado la última… pero es lo mismo: el asunto no se resuelve.