Por unanimidad

Politicón
/ 29 marzo 2021

A muchos sorprendió, pero afortunadamente se impuso la cordura al interior de la Junta de Gobierno del Banco de México y en la decisión de política monetaria del pasado jueves 25 de marzo, se mantuvo la tasa de referencia en 4%.

Ciertamente una buena parte de los analistas apuntaban a que era necesaria hacer una pausa en la relajación monetaria, ante los recientes episodios de volatilidad cambiaria y de datos de inflación mas elevados. No obstante, lo que sorprendió realmente fue el carácter unánime de la decisión.

Y es que como se venían perfilando las decisiones anteriores de la Junta de Gobierno, en la cuales tradicionalmente dos de los cinco miembros –Jonathan Heath y Gerardo Esquivel– propuestos por el presidente López Obrador, pugnaban siempre por reducciones más agresivas, contrario al resto de los miembros de la Junta de Gobierno, se visualizaba claramente una postura dovish utilizando el argot de los mercados financieros. 

Con la reciente incorporación de Galia Borja en diciembre del año pasado, también afín al Ejecutivo, muchos pensábamos que las decisiones del Banco de México tomarían un rumbo mas laxo dejando de lado el control de la inflación. Pues vaya grata sorpresa que nos llevamos.

Pareciera ser que la evidencia y el sentido común se impusieron sobre los dogmas e ideologías. En lugar de ceder a la tentación de continuar con el ciclo de relajamiento monetario para impulsar la actividad económica, tanto el Gobernador como los cuatro Subgobernadores ponderaron en mayor medida los riesgos asociados al repunte de la inflación y las variaciones recientes en la paridad cambiaria.

De ese tamaño estarán viendo el panorama hacia delante para que hayan dejado de lado –aunque sea por el momento– esa necedad de impulsar artificialmente la actividad económica por medio de reducción en las tasas de interés, cuando a todas luces el problema de fondo es la incertidumbre y el ambiente hostil hacia las inversiones que diariamente ya sea desde el Ejecutivo o el Legislativo, se encargan de atizar. 

Aunque se entiende que el incremento asociado a la inflación es de carácter temporal debido al efecto aritmético de la baja base de comparación del año pasado, no sucede así con los episodios de volatilidad en el mercado cambiario. 

Aunque estos tienen un componente explicado por la fortaleza del dólar en general frente al resto de las monedas, por el programa de estímulo económico de los Estados Unidos, también incorporan el nerviosismo que prevalece entre los inversionistas por la falta de respeto al estado de derecho y los disparates en las políticas económicas que se van gestando sobre el camino.

Ojalá que la cordura persista en las decisiones del Banxico. Es uno de los pocos blindajes que aún nos quedan y que nos harán mucha falta.

Guillermo Garza De La Fuente
Economista y Catedrático de la 
Universidad La Salle Saltillo

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