Se la están bañando

Politicón
/ 26 abril 2020
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Es la única tienda donde los aguacates no están donde el resto de las frutas y legumbres. Si alguien quiere comprarlos los encuentra en las cajas registradoras y los clientes los escogen sin tocarlos. Son las cajeras quienes lo hacen y sorprende la delicadeza con que tratan a tan mexicano manjar.

Les platico: Hace muchos años, cuando el fundador de esas tiendas aún la giraba en sus negocios, le pregunté por qué hacían eso y me respondió algo así como que, para evitar que tanto manoseo dañe al producto, trataban al aguacate con la jerarquía que su valor y sabor merece.

Él tenía ya más de 80 años y ahí andaba, echándole un ojo al caballo para que engorde.

Luego supe que a pesar de eso se daban las inevitables mermas, más de las otras legumbres y frutas, pero también de los aguacates.

Y aunque vendía más caro que los otros súpers, se volvió una costumbre ir a surtir ahí la despensa, cuando nos enteramos que don Modesto Orozco González donaba a comedores de gente pobre, las frutas y legumbres que dejaban de ser apreciadas por su clientela de la Del Valle, pero que aún estaban bastante comibles.

Y hacía esto en todas sus tiendas: en vez de tirar el producto a la basura -como la gran mayoría de los auto-servicios lo hace- él ayuda de esa manera a gente que no le pone peros a comerse limones que en vez de verdes se vuelven amarillos, o plátanos y mangos con pequitas oscuras o aguacates y tomates que ya no tienen la dureza de los que se venden en la Del Valle pero que son bastante comibles.

De pronto va a parecer que mi tema de hoy es muy local, pero no lo es. También podría salirse de la tónica de nuestros días, pero tampoco es así.

Y más aún, de entrada quizá parezca trivial y menos es eso, porque entreverados con lo que mencionó aquí, se hayan muchos protagonistas -activos y pasivos- de la inédita historia que nos está tocando vivir a causa del ECOVID-19. Arre:

Así como el SAT lanzó a la calle en plena emergencia nacional a sus perros de presa, que cual hordas de Atila presionan en oficinas, comercios y fábricas a que paguemos la declaración anual de personas morales 2020, un episodio de falta de humanitarismo y solidaridad similar a ese, corre por cuenta de negocios que están abiertos por ser considerados esenciales, y que se están papeando vendiendo como locos.

Son las tiendas de auto servicios y las de conveniencia que han aumentado sus precios a mansalva en casi todos los productos que venden a nivel nacional. De esto que digo no se salva ninguna y cito:

“Dijo que a tooodaaas”, exclamó la madre superiora, cuando la novicia le pidió al ladrón del convento que amenazaba con violar a todas las monjas: “A la madre superiora no, por favor, a ella no”.

Durante dos semanas, 23 corresponsales de ésta columna en la mayor parte del territorio nacional se dieron a la tarea de comparar los precios de esos establecimientos durante la emergencia nacional, referenciados con los que estaban en los anaqueles a principios de marzo, y el resultado es ese: Se la están bañando.

No voy a hacerle el jale a la inútil PROFECO publicando aquí la situación de los precios producto por producto ni tienda por tienda, pero sí les digo que en algunos, los aumentos son de casi el doble.

A lo mejor los comercios están repercutiendo en el último consumidor los aumentos que sus proveedores les aplican a ellos, ya sea porque se paró la producción de cerveza, refrescos, carne, pollo, huevos, leche, botanas y otros productos, o porque se ha complicado y vuelto más caro el transporte de carga o porque los mercados de abastos que les surten frutas y legumbres están recibiendo menos camiones de los agricultores, o porque les siguen cobrando sin descuentos los servicios de la CFE, de gas butano, de Naturgy, del agua, el predial y por supuesto, tienen qué pagar su declaración anual 2020.

Pero se trata de cadenas de tiendas que deben tener reservas multimillonarias para aguantar dos pandemias, y no así sus clientes, muchos de los cuales están batallando para sacar el chivo.

Hablando con la condición del anonimato, empleados de las áreas de frutas y verduras y de Recibo de esos negocios nos dijeron que aunque la merma es menor en ésta temporada debido a la alta demanda, sí la hay y por instrucciones de sus jefes de tienda, la tiran a la basura, como siempre lo han hecho.

Para ellos, es más sencillo y menos costoso hacer eso, que donarlo a comedores de gente pobre o hacer algo para que esos productos ya no considerados como de primera, los vendan como de 2ª a mitad de precio o menos, en sus establecimientos que operan en zonas marginadas, donde la gente no les haría para nada el feo y muy agradecida se comería los limones, aunque ya no estuvieran verdes sino amarillos; los mangos y los plátanos, aunque tuvieran manchitas oscuras y los tomates o aguacates, aunque éstos ya no estuvieran tan firmes como los que vende don Modesto en sus tiendas de la Del Valle.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Humanitarismo, palabra clave que nos uniría como Nación y como raza humana, si lográramos desprendernos del tufo del dinero como razón principal de todo lo que hacemos”, dice la irreverente de mi Gaby.

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