Sin reserva alguna para el trabajo…

Politicón
/ 5 enero 2018

Las precampañas están ya a todo vapor. Se empiezan a definir con mayor claridad las visiones y propuestas de los (pre)candidatos, aunque en teoría sean dirigidas solo a los militantes de los partidos que los postularon, la verdad es que para fines prácticos ya son campañas abiertas, por la cobertura de los medios de comunicación, y por las redes sociales.

Los candidatos de la incertidumbre, porque nadie sabe qué pasaría con ellos si llegarán a ganar, como es el caso del de Morena, y el del Frente, que se basan en una serie de ocurrencias que casi suenan a disparate cuando se trata de vender la idea de que serán capaces de contar con recursos para dar a los ninis, en el caso del eterno aspirante a la presidencia, o darles una renta mensual a todos los mexicanos, en el caso del queretano de origen bicolor.

En cambio, el candidato del Partido Revolucionario Institucional sigue avanzando por la banda, gracias a un estilo mucho más mesurado, más propositivo, y más creíble… más viable.

Las propuestas de Pepe Meade se acomodan muy bien a las necesidades de Coahuila y los coahuilenses. Orden, disciplina, trabajo, resultados.

Lo que nosotros tenemos hoy como estado, es algo que todos quisiéramos hacer crecer.  

Nuestra fuerza y diversidad económica es una gran motivación para que decenas de miles de jóvenes estudien con mucho entusiasmo, con mucha motivación, para integrarse a un mundo laboral, donde lo mismo hay lugar, pero deberá de haber muchos más, en la industria, el comercio, o los servicios, o la misma enseñanza, que en la investigación en ciencia y tecnología.

Por eso somos un estado cuyas clases medias aprecian tanto el perfil ciudadano, competente, responsable y serio de Meade.

Los coahuilenses ubicamos ese estilo, en la misma línea que ha impuesto, en un poco más de un mes, nuestro gobernador Miguel Riquelme Solís.

Es obvio que se conocen. Que han dialogado. Que comparten mucho de su propia visión en una identificación lógica de quienes se conducen con el criterio máximo del buen gobierno y el bien común.

Meade como funcionario del Gobierno Federal siempre fue alguien entregado absolutamente a sus responsabilidades.

Siempre distinguido por su capacidad de respuesta a los lineamientos y encomiendas de sus superiores. Siempre ofreciendo resultados. Siempre cumpliendo con quien a final de cuentas es el patrón de cualquier funcionario por más encumbrado que éste sea: el ciudadano.

Riquelme es del mismo corte. Siempre que se le trata de describir por alguien que ha tenido la experiencia de trabajar cerca de él, o bajo sus órdenes, la narrativa es la misma: responsable al máximo. Sin reserva alguna para el trabajo…siempre tras el beneficio de la sociedad… siempre con profundo amor por su tierra y su gente.

Este binomio es sumamente atractivo para el Coahuila de hoy y del futuro próximo. Meade quiere hacer de México una potencia mundial. Nosotros, como entidad federativa tenemos todo para aportar y concretar esa visión. Contamos con lo más importante, talento humano. De sobra. Pero también con sólida infraestructura…con una privilegiada ubicación geográfica, y con un sistema educativo de primer mundo.

Por ello existe este nuevo animo entre el sector empresarial del Estado, muy notorio en la región sureste, donde hay una visión global de las oportunidades de hacer negocios, y donde la estrategia de fomento económico esbozada en las primeras semanas del gobierno de Miguel Riquelme, así como de su cercanía y franca comunicación con todos los sectores de la sociedad, ha creado un ambiente propicio para sumar esfuerzos entre gobierno estatal y hombres de empresa.

Meade embona perfectamente en este esquema. Es una mente moderna, con conocimiento y experiencia en el manejo macroeconómico, pero también con dominio de los temas sociales y energéticos.  Por ello en la precampaña en Coahuila ya se percibe una tendencia mayoritaria por el orden y la disciplina rumbo al éxito. 

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