Surrealismo existencial mexicano

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El surrealismo existencial mexicano exhibe su abigarrada pirotecnia de sorpresas.
Se erigen paradójicas actitudes que cristalizan en eventos atípicos. Se viraliza lo dislocado, lo desproporcionado, lo clamoroso y lo contradictorio.
Se intentan renuncias ilegales antes de la posible revocación legislada. Se hacen plantones de tiendas de campaña que esperan inquilinos. Se cancelan irrealidades “históricas” y se anhela la evidencia de supervivencia de los ausentes con el sueño de encontrarlos vivos.
Al mismo tiempo, se enarbola, como si fuera un derecho, el poder matar vidas inocentes sin sanción, sin pago y sin riesgo. Y se engarza caminata, pancarta y grito buscando el mismo vértice de convergencia: el zócalo. Unos, con tiendas de campaña, dicen “aquí estaremos”, otras, desbocadas, piden, como si fuera un derecho, que pueda haber muchas más vidas inocentes asesinadas mientras avanzan acá las que no quieren “ni una más”.
El semáforo rechaza los rojos y camina la movilidad por anaranjado hacia los amarillos y hasta a los verdes campechanos de estreno. Se va reduciendo mascarilla a sitios cerrados de aglomeración y se multiplican quienes se comportan como si ya hubiera vacuna.
Se avientan apenas los voluntarios que irán a los kioscos móviles a anotarse. De lo que les pase depende que se apresure o se aplace la vacunación, de vulnerables primero y generalizada después. Se quiere hacer punta y quedar en la cresta de la ola, con vacuna acelerada: sea rusa, gringa, china o “patito”.
DEVALUACIÓN DE CONCIENCIA
La delincuencia epidémica por robar o por matar denota una devaluación de conciencia. No hay observancia de los mandamientos de ley natural. La de los Diez Mandamientos que acaban siendo dos, reducido a uno: “No hagas a otro lo que no quieras para ti”, “trata a los demás como quieres que a ti te traten”.
Codicia, ambición, avaricia causan fraudes, latrocinios, corrupciones. Y el olvido del “no matarás” ha causado los asesinatos abortivos y los homicidios feminicidas, repetidos en número creciente. Familia, escuela, iglesia, legislación y medios de comunicación parece que no han formado la conciencia de respeto a la vida y de respeto a los bienes ajenos. Los ídolos del tener, del placer y del tener siguen esclavizando muchas vidas y haciendo una convivencia peligrosa y violenta. Todos los recursos externos se vuelven inútiles si la devaluación es ética.
EVANGELIZACIÓN Y VALORES HUMANOS
Humanizar, personalizar, cristianizar para civilizar. Cuidar el espíritu desde la fe, el cuerpo, el entorno y el planeta. Sumar ética, salud, disciplina y responsabilidad comunitaria y ecológica, aprendiendo a no dañarse ni dañar.
Es una quinta transformación que debió irse desarrollando en todas las anteriores que se han enumerado y que puede poner alma a la que se abre paso en medio de sorderas, mal interpretaciones, desconfianzas y mezquindades...