Reforma judicial: las consecuencias de un diálogo de sordos

Morena y sus aliados cumplieron con lo que habían prometido: desde la Cámara de Diputados, con su supermayoría, aprobarían sin cortapisas la reforma al Poder Judicial.

Si bien, al cierre de esta edición seguía la sesión para avalar esta enmienda, los legisladores de la autodenominada Cuarta Transformación cuentan con los votos suficientes para que pase en la primera de las dos cámaras legislativas.

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Este martes fue un día en que, de nueva cuenta, sectores de la sociedad civil mexicana y nuestros socios comerciales advirtieron de los riesgos que de manera constante han señalado en las últimas semanas.

Uno de los empresarios más poderosos del país, considerado por la revista Expansión como el tercero, José Antonio Fernández Carbajal, presidente del consejo de Administración de Femsa, alertó ayer sobre los riesgos que tiene una reforma de este tipo.

“Como lo anhelaba don Eugenio, debemos convertir a México en una nación democrática, con equilibrio de poderes, certeza jurídica y seguridad. Un país donde se respete la libertad de pensar, informar, opinar y disentir. Un entorno donde prevalezcan el diálogo y la tolerancia. Merecemos una nación justa, con más oportunidades para todos”, expresó el empresario durante la entrega del Premio Eugenio Garza Sada 2024.

Pero no sólo la iniciativa privada, también especialistas en derecho, como Diego Valadés, exministro de la Suprema Corte e investigador emérito del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM, consideró que esta enmienda traerá problemas al gobierno de Claudia Sheinbaum.

“No se está atendiendo el Estado de derecho, ni los principios más elementales de la razonabilidad de las reformas. A lo que nos vamos a enfrentar en algún momento es a la realidad y será devastadora. Considero que lo que se está haciendo es llenar de problemas el horizonte de la próxima Presidenta, porque todas las consecuencias de esta reforma no se van a producir este septiembre, comenzarán a darse después”, afirmó.

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, también advirtió de nuevo que la aprobación de este tipo de reformas puede dañar la relación diplomática entre ambos países.

En medio de esta ola de voces que advierten los riegos, estudiantes universitarios de todo tipo de instituciones (de la UNAM al ITAM o la Ibero) salieron a protestar frente a San Lázaro. Esto obligó a que la bancada del oficialismo moviera ayer la sede de la sesión, sin embargo, no tuvo eco en escuchar las voces discordantes. De la misma manera, en un hecho inédito en la historia de México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió irse a paro como protesta por esta reforma.

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Es una señal de peligro que desde el Congreso federal, el cual debiera ser el ejemplo de debate y discusión de los grandes temas públicos, no se escuchen aquellas voces que son discordantes del discurso oficial, y que todo quede en un diálogo de sordos.

Esta enmienda judicial no es cosa menor. Las consecuencias que se pueden pagar por los resultados de ella pueden ser altos, y en el oficialismo no parece tener interés en escucharlos.

Ahora queda ver si desde el Senado, la oposición puede frenar esta reforma o el Poder Judicial tendrá que acudir a instancias internacionales para detenerla antes de que se tengan consecuencias indeseables.