Regreso a clases: la cuenta regresiva ha comenzado

Opinión
/ 14 julio 2025

Tener hijos en edad escolar constituye un reto para todas las familias de cara al inicio de un nuevo ciclo educativo, debido al encarecimiento de los útiles requeridos cada año

Aunque oficialmente el ciclo escolar 2024-2025 concluye hasta el próximo viernes, para los padres de familia con hijos en edad escolar ya inició la cuenta regresiva de cara al siguiente inicio de clases. Y ello implica pasar revista a las finanzas personales y prepararse para el próximo desembolso.

El hecho es particularmente relevante para las familias que, además de contar con hijos en edad escolar, tuvieron −o tendrán− en estos días alguna graduación, porque uno de sus integrantes concluyó cualquiera de las etapas de su formación educativa, y eso les generó un gasto importante.

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Y es que, como lo consignamos en el reporte que se publica en esta edición, la adquisición de los útiles escolares, al inicio de cada ciclo educativo, representa un reto para cualquiera, pero especialmente para quienes forman parte del grupo de familias de menores ingresos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), las familias mexicanas deben realizar una erogación de entre mil 500 y dos mil 400 pesos en útiles escolares al inicio de cada ciclo escolar.

Pero en zonas donde la inflación encarece los productos por encima del promedio nacional, como es el caso de Saltillo, los testimonios de familias consultadas ubican el costo de las listas escolares por encima de los 3 mil pesos, pues los precios de los útiles se han encarecido en alrededor de 60 por ciento respecto al año anterior.

Esto representa, a no dudarlo, un golpe importante a la economía familiar y un reto para quienes tienen más de un hijo en edad escolar.

Se dirá, desde luego, que los “apoyos” que el Gobierno de la República entrega regularmente a muchas familias ayudan a que el golpe económico representado por las graduaciones y el inicio del nuevo ciclo escolar sea menos duro, pero de cualquier forma se trata de un desembolso importante.

Seguramente también, en algunas semanas, veremos “iniciativas” de políticos y partidos que buscan aligerar la carga organizando ventas de útiles a más bajo costo o entregando paquetes escolares de forma gratuita, y eso será un alivio para quienes puedan aprovechar estos actos.

Eso, sin embargo, no resuelve el problema de fondo. Por ello, sería necesario que quienes se encargan del diseño del presupuesto público pensaran en intervenciones capaces de aliviar el peso que implica adquirir los materiales que los niños y adolescentes en edad escolar requieren.

Lo anterior resulta, como ya se dijo, particularmente necesario para las familias que tienen más de un hijo en edad escolar, pues no se trata solamente de los útiles, sino también de las cuotas escolares −que siguen existiendo−, así como de los uniformes que deben adquirirse.

Al final, lo que debe considerarse en torno a esta realidad es que el derecho a la educación es uno que no debe restringirse a nadie, y ello implica pensar en que todos los niños y jóvenes en edad de asistir a la escuela puedan hacerlo al margen de las posibilidades económicas de sus padres.

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