Saltillo; la mala calidad del aire que respiramos amenaza nuestra salud

En las últimas semanas hemos publicado múltiples reportes en torno a un problema que no aparece, en los estudios demoscópicos, entre los que más preocupan a la población pero debería escalar rápidamente a esa clasificación porque se trata de una situación grave: la mala calidad del aire que respiramos en Saltillo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no podría ser más explícita a la hora de advertirnos sobre el riesgo que implica esta situación: 99 por ciento de las personas que habitamos el planeta respiramos aire contaminado por encima del límite que se considera seguro.

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En la capital de Coahuila el tema no se ha convertido en una preocupación generalizada, entre otras cosas porque no existe un sistema de monitoreo constante y, debido a ello, no somos confrontados de manera cotidiana con las cifras de partículas suspendidas que, de acuerdo con la OMS, son precursoras de una importante cantidad de padecimientos para las personas.

Sin embargo, en algunas zonas de la mancha urbana de Saltillo sí hay preocupación, porque sus habitantes resienten de forma cotidiana la contaminación generada por las empresas que se ubican en el área donde viven. Y la afectación que les causa tal circunstancia les ha llevado a tomar acciones que deberían ser ejecutadas por la autoridad.

Es el caso de la asociación civil Apoya Tu Bosque Local cuyos integrantes se dieron a la tarea de adquirir una estación de monitoreo ambiental y medir de forma consistente la calidad del aire que son obligados a respirar. Los resultados arrojados por el ejercicio han confirmado sus sospechas y disparado las alarmas.

Alejandro Argüelles, quien encabeza dicha organización, informó que el monitoreo arrojó la presencia de elementos catalogados como “dañinos para la salud” y que ello ocurre -como se ha denunciado largamente- sobre todo en horas de las noche, cuando las chimeneas de las empresas ubicadas en el área que habitan son abiertas.

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¿Por qué un grupo de ciudadanos tuvo que reunir el dinero necesario para adquirir una estación de monitoreo, instalarla y con ello acceder a la información que demuestra la existencia de un riesgo para su salud?

La pregunta merecería respuesta puntual por parte de las autoridades municipales, estatales y federales responsables de vigilar la actividad industrial y, en general, todas aquellas que implican un impacto negativo en la calidad del aire que respiramos.

Cabría esperar que, a partir de este hecho, se registre una reacción inmediata de parte de quienes tendrían que haberse ocupado de instaurar el sistema de monitoreo ambiental necesario para proteger la salud de la población pero que, sobradamente demostrado está, han soslayado la relevancia de tales acciones.

La contaminación atmosférica representa una amenaza a la salud pública, los datos al respecto son contundentes e irrefutables. Dejar de actuar en consecuencia representa una de las omisiones más graves por las que nuestras autoridades deben ser reprochadas.