Serena, nuestra diosa

El tenis es un deporte elitista y de elites. Por ello la vestidura blanca. Los pantaloncillos y los trajes de una pieza.

Quienes han competido conocen la inteligencia de adelantarse, al contrario. La practica de tenis es complicada. Pocas las canchas en buen estado. Incluso en los Estados Unidos de América.

Los clubs con sus membresías disponen de varias de esas canchas, naturales y arcilla.

Venus y Serena, por muchos años han representado el Black Power y el black matters imports. Pertenecer a una de las minorías raciales. De ser vilipendiadas y segregadas, incluso en su propia casa.

Todo triunfo de las Williams representa una oportunidad para quienes aspiran al triunfo. Incluso en el tenis profesional.

Serena le dio al mundo la oportunidad de gozo en sus saques iniciales. La fiereza de pelear cada una jugada clave. Aspirar y llegar hasta la cúspide.

Con el retiro de Serena, de los grandes torneos internacionales, se inaugura la faceta de líder de opinión. No del ocaso. No de las apariciones esporádicas. Sino de una brillante trayectoria, tanto como la de Michael Jordan en el Basketball.

Puede decidir a continuar con la vida pública y vincularse a los movimientos sociales. Tan necesarias de mujeres todo terreno. En donde los varones, republicanos y demócratas, van a decantar la siguiente generación de norteamericanas.