Tesla NL: ¿se revienta finalmente la burbuja especulativa?

La cabeza visible de Tesla, Elon Musk, anunció ayer formalmente que el proyecto de construcción de una planta de su empresa, en el vecino estado de Nuevo León, ha sido “pospuesto” hasta que se conozcan los resultados de la elección presidencial en los Estados Unidos.

Más de 500 días transcurrieron entre el anuncio de la llegada de la inversión y la pausa oficializada ayer. En el inter se registraron múltiples anuncios del inicio de construcción de la planta, a la par que surgieron múltiples versiones en el sentido de que el proyecto había sido cancelado.

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“Creo que tenemos que ver lo que pasa con la elección. Trump ha dicho que pondrá aranceles a los vehículos producidos en México. Así que no tiene sentido invertir mucho en México si eso va a pasar”, declaró Musk ayer durante una teleconferencia con analistas y medios de comunicación luego de presentar los resultados del segundo trimestre de este año.

La “explicación” ofrecida por Musk, al decir de diversos especialistas, no tiene mucho sentido y suena más bien a un pretexto para, quizás, ir pavimentando el camino a una cancelación definitiva.

De acuerdo con estas voces, es verdad que Trump −quien podría ganar la elección presidencial en el vecino país el próximo noviembre− ha dicho que impondría aranceles a los autos producidos en México, pero ha limitado dicho planteamiento a los autos de marcas chinas.

Por otra parte, se ha comentado que carecería de sentido que Trump −o cualquier otro presidente de los Estados Unidos− tomara la decisión de imponer aranceles de forma indiscriminada a los vehículos producidos en México porque eso implicaría el colapso de la industria automotriz asentada en nuestro país.

Por ello, los analistas consideran que lo de Musk ayer se parece más a un pretexto que a una razón de peso. Habrá que esperar, sin embargo, a que se cumpla la condición impuesta por el magnate de origen sudafricano: que los electores estadounidenses voten y se despeje la incógnita sobre quién ocupará, a partir de enero próximo, la oficina oval en la Casa Blanca.

Por lo pronto, sin embargo, quienes apostaron a la llegada de la armadora de autos eléctricos y, con sus apuestas generaron una burbuja especulativa que encareció los precios de la tierra, de las instalaciones industriales y de la vivienda en la Región, han tenido una jornada de pérdidas.

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En ese sentido, una de las repercusiones del anuncio puede ser la reversión de la burbuja especulativa creada desde marzo del año pasado, aunque no todo el combustible que la impulsó provino de la posibilidad de que Tesla arribara a la región, sino también del enorme volumen de inversiones que han llegado a partir del fenómeno “nearshoring”.

El sector público, así como los inversionistas privados, deberán extraer lecciones importantes de este episodio, independientemente de que en noviembre las noticias cambien. La trama del “caso Tesla” invita a la reflexión y a la asunción de responsabilidades.