Tomar mejores decisiones implica tener la energía para tomar decisiones en el momento específico. Hoy no es ese momento

Opinión
/ 27 noviembre 2025

“No se trata de hacer rutinas forzadas ni disciplinas rígidas, sino de tomar mejores decisiones.” Eso dice mi nutrióloga. Suena sencillo, como tantas cosas que nos dicen nutriólogos, coaches (“couch” significa sillón, por cierto), doctores y algunos terapeutas. Pero si batallo para decidir levantarme, seguramente escoger entre ensalada y pasta será una decisión fácil, más tal vez no tan atinada. Nos enfrentamos a chorromil decisiones a diario. ¿Me baño? ¿Me visto? ¿Qué me pongo? ¿Desayuno? ¿Hago lo mejor que puedo con lo que hay en casa o salgo a surtir cosas? ¿Puedo aguantar un día más sin comprar ese medicamento que me falta? ¿Lavo los trastes? ¿La bolsa de la basura aguanta un poco más? El trámite de placas tiene un año de retraso ¿aguanta unas semanas más? Y del predial ni hablamos. ¿Para cuándo puedo programar el siguiente paso en este proyecto? ¿Puedo darme un descanso, o necesito seguir con el trabajo? ¿Me caso? ¿Me separo? ¿Me corto el pelo? ¿Me opero? Tengo una invitación a un evento, ¿voy? Tengo invitaciones a cinco eventos, ¿a cuál voy? ¿Mejor a ninguno?

El bombardeo continúa a diario y hasta en la noche. ¿Cómo sé en qué temas de vida enfocar mi habilidad de decidir? En todos, por supuesto. Ajá. ¿Se podrá? A veces no. Me queda claro que a veces lidiar con los pormenores de la vida y comer sanamente ese día no son cosas que se pueden hacer a la vez. No sé ustedes, pero yo gasto mucha energía en tomar ciertas decisiones. No todas. Anoche fuí a una tienda y compré dos abrigos en menos de quince minutos. Sin conflicto. Lo que me gusta me gusta y ya. La decisión de ir a la tienda a la hora que fui y la decisión de cenar con una personas medianamente desconocida fueron decisiones más difíciles.

En muchas ocasiones me han preguntado mis hijos o la señora que me ayuda en casa dónde quiero guardar alguna cosa (o muchas cosas). Con frecuencia no he decidido y esas cosas se quedarán donde están hasta que sí decida. Seamos amables con nosotros mismos. No siempre podemos tomar buenas decisiones en el momento preciso.

Nacida en Detroit, MI el 25 de mayo de 1956. Residente de Saltillo desde 1974. Maestra y traductora por necesidad. Psicoterapeuta, empresaria, poeta, actriz y administradora de Foro Amapola porque la vida es dinámica. Madre de 4, abuela de 5. En 18 años de formación como psicoterapeuta ha hecho especialidades que incluyen terapia psico-corporal y Gestalt. Idealista insistente y ser humano en constante movimiento.

COMENTARIOS