Un año importante para la transformación
POR: ANTONIO CASTRO
El proceso de cambio progresista que abandera la 4ta Transformación empezará un año crucial para su continuidad en seguir conquistando derechos que el modelo neoliberal dilapidó por más de 3 décadas. Este año servirá para fortalecer los cimientos que se han construido en 3 años de gobierno y dará inicio con la discusión de la reforma eléctrica en este mes de enero dentro de la cámara de diputados con un parlamento abierto con la sociedad civil, con las cámaras empresariales y expertos en materia energética, donde una vez agotada su revisión se buscará que sea aprobada; en el mes abril, la consulta de ratificación o revocación del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador será la primera en la historia y se espera una gran participación de la ciudadanía para la continuidad del proyecto de transformación. De la misma manera, para mitad del año, el brazo político de la 4T, MORENA -el partido-movimiento- se presentará a la contienda electoral en 6 estados del país donde se renovará la gubernatura y los congresos locales, donde se perfila para ganar 4 de 6 de manera contundente. Y ya para terminar el año, tendrá lugar la renovación de las dirigencias estatales del partido y de la dirigencia nacional, exceptuando la presidencial y la secretaría general, que tiene el encargo hasta el 2024 por una sentencia del tribunal electoral.
Es un año crucial para la 4ta transformación y MORENA en Coahuila. A pesar de no estar en un proceso electoral es un año de reflexión, de revisar estrategias, de organizar a la militancia y estructurar la ruta que se debe seguir para perfilarse a la elección de gobernador y de 16 escaños en el congreso local del 2023.
Un fenómeno curioso que sucede en la política local de Coahuila es que históricamente la oposición del partido hegemónico (el PRI), ha sido el partido acción nacional ya que son los principales críticos hacia los abusos que el PRI-Gobierno ha cometido en todo su reinado de más de 94 años, atrayendo con eso a un amplio sector de la población coahuilense. Sin embargo, una proporción de esa ciudadanía que se sintió atraída al PAN solo porque se contrapone al PRI, me puedo atrever a decir que desconocen los estatutos del partido, y si los supieran les aseguro que los rechazarían categóricamente por sus semejanzas con el fascismo y el nazismo y por ser un partido abiertamente de la clase empresarial.
No obstante, en la pasada elección de junio del 2021, el PAN en Coahuila se desfondó y se ubicó en un oscuro y profundo tercer lugar y MORENA se consagró como la primera fuerza de oposición.
En Coahuila, a diferencia de otros estados de la República, en lo público, el PRI no tiene una cercanía, ni una alianza con el PAN. La alianza de “Va X México” no tiene injerencia en el estado, y la lógica política en Coahuila es distinta a la dinámica nacional. Solo existe uno que otro caso concreto de los liderazgos del PAN que coquetean con el PRI-Gobierno, como el ex diputado local Marcelo Torres Cofiño que era el panista más priísta en el congreso local de la legislatura pasada y el ahora ex alcalde de Monclova Alfredo Paredes que tiene mucha cercanía con el gobernador Miguel Angel Riquelme Solis.
La diferencia entre el panismo y priísmo es muy marcada - excepto los dos anteriores mencionados- tanto que el ex alcalde Saltillo y ahora secretario de desarrollo social e inclusión Manolo Jiménez se la pasó cuestionando al gobierno federal de no enviar recursos económicos en las participación federales, como a su antecesor en la alcaldía el panista Isidro López de haber dejado el municipio en bancarrota y una crisis institucional en el ayuntamiento.
Sin embargo, la militancia panista en la elección para diputado federal y presidentes municipales en junio del 2021 prefirió votar por su acérrimo rival histórico que por MORENA, a pesar de que 5 años antes en 2017 el priísmo le cometió fraude electoral en la elección de gobernador al partido acción nacional y desató la más gran movilización que ha tenido el estado con un consigna clara y concreta “no mas PRI”.
El causante de ese comportamiento del electorado panista en la elección del 2021 fue en primer lugar no tener un liderazgo y referentes fuertes. Esto hizo que los militantes y simpatizantes optaran por otro partido por no tener ni siquiera candidatos visibles, solo en Torreón, Monclova y General Cepeda; y lo segundo, el miedo infundado que los medios de información y las cámaras empresariales sembraron en la sociedad en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T, en particular en la clase media y media alta. Además, de uno de los sectores de esos estratos que es reaccionario por naturaleza por tener un visión individualista y de meritocracia que tiene un rechazo a los sectores más vulnerables “por no esforzarse”.
El voto de confianza panista al priísmo fue el que le daría el triunfo al PRI en 5 de 7 diputaciones federales y en las alcaldías 27 de 38 municipios en Coahuila. Así mismo, el PRI fue perdiendo fuerza en sus bastiones históricos como los sectores populares por la penetración de los programas sociales del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por lo tanto, el panorama político en Coahuila es contrario a las lógicas nacionales, y por lo mismo el adversario a vencer es un sistema de impunidad, privilegios y corrupción, que se ha perpetuado desde el seno del poder en 94 años, que se ha ido adaptando a los diferentes regímenes políticos que han pasado, creando sus propias instituciones para mantener y controlar el poder, además de tener una organización política articulada para seguir prevaleciendo, como es el caso del partido revolucionario institucional.
Pero lograr el triunfo electoral en Coahuila en 2023 es necesario buscar un acuerdo y alianza amplio con todo los sectores que estén en contra del brazo político del sistema político que tiene oprimido a Coahuila como, son algunos liderazgos históricos y nuevos del panismo que todavía usan un discurso anti-PRI que arrastra cierta simpatía y militancia panista que puede contribuir a desterrar al PRI Gobierno y desde el seno del gobierno, construir para desterrar las prácticas priistas que seguirán prevaleciendo a pesar de que se logre ganarles. El acuerdo y la alianza amplia tiene que ser clara y concreta, y debemos de asumir que es solo para llegar al gobierno porque la lucha de la 4ta Transformación difiere rotundamente con la del panismo, porque nuestra lucha no es sólo electoral es política es contra un sistema de opresión y privilegios a la que ellos lograron mantener a nivel nacional.
La alianza amplia es necesaria cuando no existan las condiciones favorables en el panorama político para construir la trasformación. En cada proceso revolucionario en la historia de la humanidad, las clases sociales antagónicas coincidían en una lucha política particular para erradicar un régimen obsoleto; por ejemplo, en la Rusia zarista, el proletariado y la burguesía se aliaron en la Guerra Civil en 1905 para derrocar al régimen autocrático zarista que detenía el curso de los procesos productivos, sociales, culturales y políticos.
En Coahuila se busca erradicar al PRI Gobierno y en ese coincidimos con amplios sectores panistas y de otras organizaciones políticas. Sin embargo, MORENA no debe de perder de vista que la lucha es contra el sistema y es necesario seguir politizando y organizando a las bases sociales para lograr el cambio profundo que el país y el estado necesita.
Es por eso, que este año 2022 es un año de reflexión, de organización de buscar acuerdos y tener altura de miras políticas, que lo importante es el proyecto y no lo personalista que lo que está en juego es mucho más importante que una simples elección de gobernador es tener la posición estratégica de lograr un cambio profundo que todas y todo anhelamos.
Desde los altos de Chiapas les deseo un feliz año y les deseo que cumplan sus sueños lleno de esperanza, alegría y magia. Lucha, resiste y trasforma.
@AntoniolCastroV