Un Pacto por la Educación en Coahuila
Es relevante tomar en cuenta que la educación es fundamentalmente una tarea colectiva de la sociedad en su totalidad
La educación es uno de estos bienes intangibles en los que la evidencia muestra que las personas en todos los estratos sociales y niveles de ingreso estamos de acuerdo: Hay que invertir en educación. A menudo, cuando se les pregunta a las personas sobre lo más valioso que pueden heredar a sus descendientes, la respuesta es “una buena educación”; en Coahuila, no somos la excepción.
Si todas las personas sabemos qué tan importante es la educación desde lo personal y familiar, si tenemos evidencia de su impacto sobre las oportunidades de movilidad social, si tenemos evidencia sobre su impacto en el desarrollo social y económico de las naciones... ¿Por qué no tenemos mejores sistemas de educación? A pesar de que existe un consenso general sobre su relevancia, se invierte más que el promedio de los países de la OCDE en nuestros sistemas de educación pública, y sabemos de los monumentales esfuerzos del personal docente, liderazgos escolares y autoridades educativas para mejorar los resultados en educación.
Es muy importante reflexionar y proponer correcciones sobre lo que estamos haciendo mal, pero me parece mucho mejor pensar sobre lo que estamos haciendo bien, lo que sabemos que funciona, y lo que podemos mejorar y exponenciar para obtener mejores resultados sobre el aprendizaje de las personas que integran el sistema educativo estatal.
En este sentido, es relevante tomar en cuenta que la educación es fundamentalmente una tarea colectiva de la sociedad en su totalidad, y, por lo tanto, es relevante para tener políticas y programas escolares funcionales, integrar a la totalidad de agentes sociales que intervienen en los procesos educativos.
En Coahuila, me complace compartir, que un grupo de personas y organizaciones lideradas desde la Alianza Educativa para el Bienestar, dirigida por una querida amiga, Beatriz Arizpe Narro, han convocado a un Pacto por el Impulso Educativo. Un esfuerzo desde, por y para la sociedad coahuilense, que integra las más sentidas necesidades educativas de Coahuila y provee una ruta de acción para la mejoría del sistema educativo estatal.
Construido desde un valioso análisis diagnóstico en el que colaboraron representantes de múltiples organizaciones públicas y privadas, y sobre el cual, se integró una mesa de personas expertas en distintas áreas de la educación -en la que fui honrado con la invitación a participar- para proponer, debatir, consensuar y respaldar, una serie de directrices que demarcan una clara ruta para avanzar la educación en Coahuila.
El documento resultante propone esta ruta de avance como un gran esfuerzo de toda la sociedad y con responsabilidades compartidas desde la sociedad civil, las empresas, las instituciones educativas y la administración pública.
Centra los esfuerzos en las personas que estudian en el sistema, y fortalece los roles de la docencia y el liderazgo escolar. Prioriza la educación de la primera infancia y los aprendizajes esenciales para el florecimiento humano; promueve íntegramente la planeación, monitoreo y evaluación de resultados y plantea una ruta de definición de indicadores estratégicos; integra toda la infraestructura pública en una visión holística de educación desde todos los espacios y promueve la creación de comunidades de aprendizaje; y propone la vinculación de la sociedad entera en un compromiso estratégico de largo plazo por la educación coahuilense.
Esta Visión compartida por la educación en Coahuila, incluye, además, 6 ejes transversales que deberán estar presentes en todos los esfuerzos de los agentes participantes y del sistema de educación estatal para mantener un enfoque de educación corresponsable y co-participativa. Asimismo, sugiere una serie de criterios para la designación de una autoridad educativa que lidere estos esfuerzos para Coahuila desde la Secretaría de Educación del estado.
El documento del Pacto por el Impulso Educativo, al día de hoy, ha sido suscrito y apoyado por más de 100 personas y más de 55 organizaciones de la sociedad civil, empresas, cámaras de comercio e instituciones educativas.
Es profundamente esperanzador y entusiasmante saber que hoy en Coahuila, existen alianzas manifiestas (y no manifiestas, también) desde la sociedad civil y en conjunto con múltiples organizaciones públicas, privadas, administraciones gubernamentales en cada nivel y personas en representación propia, dispuestas a colaborar en unidad para alcanzar las metas que la educación representa como promesa de desarrollo para las personas y sociedades.
Nuestro Coahuila hoy se perfila como un estado con posibilidades de alcanzar los mejores indicadores de bienestar social del país, los que conciernen a la educación de las personas, deberán estar entre estos.