Un paquete económico con otros datos

Opinión
/ 17 septiembre 2022
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Se acaba de presentar al inicio de esta misma semana el paquete económico para el año siguiente en el que por decir lo menos, se pueden encontrar propuestas de ingresos muy “alegres” o como se ha dado en llamar en este sexenio a cosas que no se creen, propuestas con “otros datos”. Conociendo que 2023 será un año clave en aspectos políticos para todos los partidos, el que se encuentra en el poder tiene que manejar obviamente una propuesta que haga sentir a los agentes económicos que todo está bien, a pesar de los grandes problemas que aquejan al país y desde luego, al mundo.

Para empezar, el paquete económico asume un crecimiento económico que iría de 1.2% a 3%, poniendo como escenario más probable este último porcentaje. Bajo las actuales circunstancias esto es imposible principalmente por una caída importante del 18% en la inversión directa, la que genera empleos. Además, el consumo sigue bajando, aunque muy poco, no hay crecimiento por la baja del salario real debido a la inflación. Al gobierno se le olvida que hacer números “alegres” no sirve de nada, porque si no se cumplen tendrá que recurrir a una reducción presupuestal, que ya se sabe será en educación y salud principalmente, o a un mayor endeudamiento y dadas las condiciones actuales, eso será muy riesgoso por lo elevado de las tasas. En este mismo rubro el Gobierno federal dice que para el cierre de este año, la tasa de referencia del Banco de México será de 9%, situación que a todas luces no será así pues la siguiente semana se espera que haya un aumento de 75 puntos base lo que pondría la tasa en 9.25%, quedando todavía dos reuniones más, que con toda seguridad llevarán la tasa a un 10% cuando menos. Esto tendrá como consecuencia que la deuda gubernamental aumentará por el mayor costo de los intereses que tendrán que pagarse. De esta forma, el financiamiento gubernamental será más caro y esto no está contemplado en la plataforma de ingresos para el siguiente año.

Respecto a los ingresos petroleros nuevamente se ve un optimismo fuera de toda realidad. En el paquete presupuestario se asume que se producirán 1.87 millones de barriles diarios, cuando hoy se producen 1.62 millones. Este dato llama la atención porque por un lado no se han descubierto nuevos yacimientos y tampoco se ha podido aumentar la producción actual con mayor eficiencia. De esta forma, los ingresos petroleros serán en realidad bastante más bajos que los pronosticados, aunque se compensa un poco con un dato conservador, pues se estimó el precio del barril en 67.8 dólares para el año entrante. Según los expertos del sector, el precio oscilará entre 75 y 85 dólares el barril. Aquí la alegría numérica no causa tanto daño al igualar la producción con precios más bajos. Lo que queda claro es que Pemex seguirá siendo un problema para las finanzas públicas porque con estos números no hay forma de que la paraestatal recupere su rentabilidad. Por otro lado, sus gastos sí siguen creciendo como en el caso de los costos de las jubilaciones y pensiones, gastos operativos y deudas que tiene la empresa y que serán más altos por los incrementos a nivel mundial de las tasas de referencia.

El año que viene, el paquete económico estima un déficit de la deuda pública de 49.4% como porcentaje del PIB. Esto es, asumiendo que todo lo que se dice sea correcto, que como se está viendo, dista mucho de ello. Lo más seguro es que este cociente aumente a 51%, que la verdad sea dicha, sigue siendo un margen de maniobra muy razonable y todavía con potencial de endeudamiento sin riesgo de perder la calificación crediticia internacional. En este punto conviene hablar de que la expectativa inflacionaria que tiene el Gobierno federal es que se cerrará el año con 8.7% y el año que viene se tendrá una inflación sobre el rango de entre 6 y 7%. Aquí hay una buena estimación sobre este indicador, pero hay riesgos todavía de que la elevada inflación se mantenga como ya lo dijo Jonathan Heat, subgobernador del Banco de México, en el sentido de que el proceso ya está por cerrar su ciclo alcista, pero el regreso a la tasa de 3 o 4% tardará al menos hasta inicios de 2024, lo que es una buena noticia para el presidente porque será justo antes de la elección presidencial.

Hay otros hechos que inflan el paquete presupuestario nacional como por ejemplo el párrafo que habla que hay “potencialmente” litio que vale “potencialmente” 70 millones de pesos. Llama la atención este dato por dos razones, primero porque 70 millones de pesos es prácticamente nada dentro del presupuesto y por otro que sea algo potencial en términos de existencia y desde luego, de precio de un mineral que tiene valores de mercado oscilantes. La publicación de este dato puede obedecer a la intención de mejorar los ingresos para que no se vea tan reducida la propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. De esta forma se estarían sumando hasta las plumas y hojas de papel que sobrarían de este año. ”Todo suma”, dicen los contadores.

El paquete económico no contiene apoyos de ningún tipo para empresas o para las personas en términos de compra de tecnologías, como sucede en otros países o de reducciones fiscales para mejorar de alguna forma la baja en la producción y alentar una recuperación parcial del salario. Prácticamente es una copia fiel de lo que se hizo el año anterior. Tampoco hay nuevos impuestos afortunadamente, pero la propuesta deja la duda de que al no poder alcanzarse los objetivos presupuestales ¿qué será lo primero que vea reducido su gasto? Casi seguro educación, salud e infraestructura. No vienen proyectos importantes fuera de los predilectos del presidente: Tren Maya, tren del Istmo, Refinería de dos Bocas y listo. De los proyectos de hace dos años, si usted recuerda donde se harían presas, nuevas carreteras, etcétera, no hubo nada, simplemente fue un anuncio que no tuvo un solo centavo de realidad económica, así como el programa contra la inflación y la carestía. Ahora sí que ni los otros datos pueden desmentir la realidad. Un país con mucha alegría, donde los números, desde luego, son muy pero muy alegres.

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Columna: Otros datos Económicos. Economista y profesor universitario con más de 25 años de experiencia en la docencia e investigación. Estudió y fue profesor-investigador del Tec de Monterrey en el Centro de Estudios Estratégicos. Se doctoró en economía en la Universidad de Glasgow en Escocia, país donde también trabajó como investigador asociado en la universidad de Aberdeen. Ha sido analista financiero y asesor económico externo tanto en el sector público como en el privado. Dirige el Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de Canacintra. Actualmente es profesor de tiempo completo de la facultad de economía de la Universidad Autónoma de Coahuila.

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