Viene el clima gélido: ¿por qué debemos sufrir sus peores consecuencias?
COMPARTIR
TEMAS
La alta dependencia del gas natural proveniente de los Estados Unidos nos obliga a tolerar las peores consecuencias del clima invernal, pese a estar en posición de evitarlo
Los fenómenos naturales, lo sabemos desde el principio de los tiempos, son cíclicos, es decir, se repiten a intervalos más o menos regulares. Y lo que debería enseñarnos esta sencilla lección del orden natural es a prevenir, a estar preparados para la siguiente ocasión en la cual la naturaleza nos imponga el mismo reto, con alguna variación en la intensidad.
El comentario viene al caso a propósito de la onda gélida que en estos momentos azota a los estados del noroeste, centro y sur de los Estados Unidos y cuyos efectos se resentirán en las próximas horas en el norte y noreste de nuestro país, con temperaturas de hasta menos 10 grados Celsius.
TE PUEDE INTERESAR: Empieza afluencia a refugios por onda gélida en Coahuila; todavía faltan la mitad de frentes fríos: Protección Civil
Se trata de algo que ocurre con regularidad en la época invernal en el hemisferio norte del planeta y quienes habitamos las regiones donde esto es una realidad sabemos que debemos prepararnos para afrontar las vicisitudes que implica este clima.
Y entre las consecuencias que ello implica se encuentra el de una mayor demanda de combustibles para generar la energía que mantiene en marcha nuestras ciudades y permite acondicionar los espacios bajo techo en los cuales realizamos nuestras actividades cotidianas.
La historia, por otra parte, ya nos ha brindado lecciones importantes en este sentido y sabemos por ello que existe un riesgo de escasez de carburantes, particularmente gas natural, si las temperaturas en el vecino país del norte descienden demasiado y tal estado se prolonga muchos días.
No hay pues argumento qué alegar ante la obligación de haber tomado previsiones y estar listos para recibir las ondas gélidas del inicio del año, que suelen ser los meses más crudos del invierno. Sabemos que esto va a ocurrir y conocemos claramente los riesgos potenciales.
En el caso específico de México, sabemos también cuál es el verdadero problema que puede causar el invierno: si la demanda de gas crece desproporcionadamente en Estados Unidos el suministro para nuestro país puede disminuir o suspenderse incluso, como ha ocurrido en el pasado.
TE PUEDE INTERESAR: Tormenta invernal en Estados Unidos encarecerá gas en México: especialista
El problema real entonces, no es el clima, sino la altísima dependencia que tenemos del suministro de gas proveniente del vecino país del norte. O, si se prefiere, el problema es que no tenemos alternativas frente a la posibilidad de que el clima nos deje sin gas porque nuestros proveedores se vean obligado a privilegiar el consumo de su propio país.
Hace ya un buen número de años, sin embargo, se viene señalando que sí hay alternativa y esa es explotar los yacimientos de gas que existen en nuestro propio territorio y podrían garantizar no solamente el suministro durante el invierno, sino una transición suave hacia el universo de las energías limpias.
Todo hace indicar, sin embargo, que somos incapaces de asumir las lecciones que nos impone de forma recurrente la naturaleza y seguimos prefiriendo pagar los costos económicos y humanos que implica ser un país dependiente del suministro exterior de combustibles.