Mireille Mathieu, la Dama de Aviñón, cumple 65 años

París, Francia.- Inconfundible, inaccesible, eterna. Mireille Mathieu es un fenómeno excepcional porque forma parte de los íconos de la música para los que no parece pasar el tiempo. A sus 65 años, que cumple el viernes (22 de julio), esta cantante forma parte del grupo de artistas que se han convertido en un sello personal.

Desde hace más de 40 años interpreta temas sobre amor y sufrimiento con su pelo negro corto y su lápiz de labios rojo cereza de Guerlain.

Ha vendido 120 millones de álbumes en todo el mundo y es, después de la canadiense Céline Dion, la artista en idioma francés comercialmente de mayor éxito en el mundo.

¿Cuál es el secreto de su éxito? "Creo que la gente percibe que adoro estar sobre el escenario. Y quizás también emocione que con 1,53 metros estoy entre los seres humanos más pequeños", afirmó la artista en una entrevista.

Con "París, un tango" y "Acropolis adieu" conquistó a sus fans y acabó con el cliché de las francesas como "femmes fatales". También eso llama la atención de su figura, que es tranquila, conservadora y católica. En sus canciones habla de amor, pero no revela nada de su vida privada. Ese es su "jardín secreto", responde.

A diferencia de Edith Piaf, Mireille Mathieu no tiene una imagen de vida tormentosa. Nunca se casó y tiene una estrecha relación con su familia. Su manager y responsable de su estilismo es su hermana.

Pese a ello, su historia es la de una moderna Cenicienta: fue la mayor de 14 hermanos en una familia de escasos recursos. Siendo adolescente dejó la escuela en Aviñón por sufrir de legastenia (un tipo de problema de aprendizaje), y empezó a trabajar en una fábrica de papel donde doblaba sobres.

En 1964 ganó un concurso de talentos en su ciudad natal y así comenzó una carrera meteórica.

El secreto de lo bien que se mantiene se debe a la genética y a la vida sana, afirma Mathieu: duerme en promedio nueve horas, evita el sol, come productos biológicos, no fuma y bebe con moderación. Rechaza las operaciones de estética. "Son horribles, se nota en la cara" y se pierde todo el carisma personal, afirma.