Cantinfleando

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/ 3 agosto 2011

Cantinflas, el personaje creado por el cómico mexicano Mario Moreno, es dueño de un discurso que mantiene una particular vigencia, tanto desde el punto de vista lingüístico como desde la orilla de la denuncia política y social.

Madrid, España.- "Cuanto inflas" o "en la cantina inflas", le increpaba el público de la Carpa Ofelia en México al joven comediante Mario Moreno quien, al olvidar su monólogo original decidió, como mecanismo de defensa, embarcarse en un absurdo mar de retruécanos para sacar adelante su presentación.

Ese es el inicio de Cantinflas, uno de los personajes cómicos más importantes del siglo XX en América Latina, o al menos así lo recuerda, con la bendición del propio Moreno, el escritor y ensayista mexicano Carlos Monsivaís en uno de los textos en los que abordó la singular impronta de hablar de este genio que traspasó las fronteras del continente americano con sus películas.

"Todos los diálogos de Cantinflas lo que intentan es rendir al interlocutor que, ante la incomprensión, acaba fatigado, desmayado y dispuesto a aceptar lo que el otro le diga. Es una especie de asedio sexual a través de las palabras", explica Monsivaís en su escrito y sentencia "él habla para no decir, los demás lo escuchan para no entender".

¿QUÉ PASO, CHATO?

Esa inconfundible manera de expresarse, esa capacidad para no decir nada a pesar de juntar cientos de palabras, fue reconocida en 1992 por la Real Academia Española que decidió incluir el termino "cantinflear" en su diccionario para definirlo como "hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada".

Y es que no podría ser de otra forma. Basta tomar un par de ejemplos de la verborrea del personaje en sus películas para confirmarlo: "Estamos en guerra porque ya estamos. ¿Por qué razones?, ustedes me dirán. Y yo les contestaré: razones fundamentales que todo conglomerado debe entender y son tres: la primera, la segunda y la tercera. ¿Qué cosas verdad? Pues así es". ("Un día con el diablo", 1945).

O qué tal esta explicación científica que hace Cantinflas en la película "Soy un prófugo" (1946): "el átomo es una cosa tan fuerte, ¿verdad?, que al estallar viene agarrando, porque  el roce. lo más raro de la cosa es que usted al soltar el átomo viene cayendo poco a poco y parece que no roza, pero llega el momento, ¿verdad?, que explota y entonces la frotación del mismo átomo hace que la partícula desintegrante se unifique uniformemente, pero al mismo tiempo desintegrada".

Esa mezcla absurda de palabras tiene un efecto singular, como lo explica el fotógrafo y pintor Carlos Salazar, autor del artículo "Cantinflas: del arte del discurso al discurso del arte": "el discurso de Cantinflas es seductor porque representa de manera genial la preferencia por la astucia retórica del mundo de hoy. Es un clásico en ese sentido, no porque pretenda imponer alguna "mexicanidad", sino porque nos ayuda a descifrar universalmente el mundo que nos rodea".

Esa capacidad de Cantinflas le valió el reconocimiento y la admiración de los diferentes públicos de habla hispana. Raúl Avila, profesor del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, enumera tres razones para ese éxito: "Sus méritos son tres: el lenguaje que usa, porque él mismo no sabe qué quiere decir y que, por supuesto, confunde a todos; su capacidad cómica para bailar y torear; y por supuesto, su ropa".

AHI ESTA EL DETALLE

"La obra de Cantinflas no es otra cosa que la versión hispanoamericana del pícaro español", asegura Salazar, quien además destaca que el personaje que representó Mario Moreno "siempre logra lo que quiere a través de su astucia y su irrebatible talento retórico, y ese discurso es el ideal en países donde el ascenso social no suele obedecer a las reglas del juego limpio".

Así, Cantinflas no es sólo un personaje cómico que al parecer se hace zancadilla con sus propias palabras sino que, por el contrario,  se vale de esa herramienta para decir más de lo que se piensa. En sus películas, por lo general, Cantinflas dispara su ráfaga de incoherencia ya sea para conquistar a una mujer, explicar algo de lo que no tiene idea alguna o para hacerle frente a las autoridades, a quienes termina por humillar de manera casi imperceptible.

No obstante, hay momentos en que el personaje da muestra de una clara lucidez y despacha mensajes, que aunque matizados con vetas de humor, tienen un trasfondo político o de denuncia social. Uno de los ejemplos más representativos de ese estilo es el discurso que Cantinflas, personificando a un embajador, realiza ante una asamblea mundial (que hace las veces de la ONU), en la película "Su excelencia" (1967).

"¿Para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos?, ¿para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos?, ¿para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos?  Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación.", asegura ese Cantinflas más serio y profundo.

Salazar explica esa condición que tiene Cantinflas de enviar mensajes allende de su comicidad. "Cuando el discurso de Cantinflas es edificante, humanista, y se dirige a la reivindicación de los derechos de los demás, si bien tiene una gran dosis de sentimentalismo popular, suele ser un discurso coherente y perfectamente articulado".

Avila también reconoce en el discurso de Cantinflas una carga popular, sin embargo considera que el personaje se fue alejando poco a poco de esa orilla. "Lamento que haya olvidado su clase de origen, que se manifiesta sobre todo en sus películas en blanco y negro, para volverse un moralista que difícilmente besaba a las actrices que lo acompañaban", sentencia.

Esa discusión queda abierta, pero lo que queda claro es que cien años después del nacimiento de Mario Moreno, el discurso de Cantiflas no sólo tiene una particular vigencia desde lo lingüístico, sino que además los mensajes que hay en algunas de sus películas tienen todavía un calado social y político.

DESTACADOS:

* "La obra de Cantinflas no es otra cosa que la versión hispanoamericana del pícaro español", asegura el fotógrafo y pintor Carlos Salazar, autor del artículo "Cantinflas: del arte del discurso al discurso del arte".

* A pesar de su disparatada manera de expresarse, Cantinflas logró colar en sus películas mensajes de gran calado político y social para explicar la realidad de América Latina.

* El discurso pronunciado por Cantinflas en la película "Su excelencia" (1967) es uno de los ejemplos de los mensajes que el cómico mexicano dejó para la posteridad y que hoy en día mantiene su vigencia.

Agencia de noticias internacional fundada en Burgos el 3 de enero de 1939. El entonces ministro del Interior, Ramón Serrano Suñer, impulsó la creación de la agencia, en la que participaron activamente: José Antonio Jiménez Arnau, Manuel Aznar Zubigaray y Vicente Gállego.

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