Zhang Yimou estremece al público con "The Flowers of War"

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/ 23 septiembre 2015

    "The Flowers of War" es la primera incursión en el cine bélico de Zhang Yimou.

    Pekín, China.- Hasta en un hecho tan inhumano como la matanza de Nankín (1937), en la que los invasores japoneses mataron a 300,000 chinos, en su mayoría civiles, queda un rincón para la belleza y la humanidad: es lo que propone el último filme de Zhang Yimou, "The Flowers of War", estrenado ayer.

    La estremecedora película, la más cara de la historia de China y una de las pocas de su cine que tiene a un actor de Hollywood como protagonista (un impecable Christian Bale), ofrece lo que su título indica: flores en la guerra, personas que en medio del horror más atroz son capaces de cometer la más grande heroicidad.

    El enterrador John Miller (Bale), viaja a Nankín y queda atrapado en uno de los momentos más infames de la humanidad, lo que los chinos conocen como "la violación de Nankín", iniciada el 13 de diciembre de 1937.

    Miller acaba refugiado en la iglesia del sacerdote con dos grupos de chicas bien diferentes: unas niñas huérfanas y unas prostitutas, entre ellas la bella Yu Mo (encarnada por la debutante actriz china Ni Ni), por la que el sepulturero se siente atraído.

    La película -que no rehuye escenas terriblemente gráficas y sangrientas, combinadas con otras en las que Zhang Yimou vuelve a demostrar a ser uno de los mejores escenógrafos del mundo- va contando el paso de los protagonistas por el horror de la guerra, y cómo éste les convierte desde seres egoístas y materiales a héroes inolvidables.

    Se trata de la primera incursión en el cine bélico de Zhang Yimou, famoso en Occidente especialmente por sus películas de los 80 y 90 ("Vivir", "La linterna roja"), que lograron numerosos premios en los festivales europeos con un cine muy social.

    Tras una última década de películas comerciales y con muchas artes marciales, pero algo frías, ("Héroe", "La casa de las dagas voladoras") y su trabajo como coreógrafo en los JJOO de Pekín, el mago de Xian regresa a su cine más sentido, aunque ambientado esta vez en un conflicto.

    Con todo, las trepidantes escenas de disparos y bombardeos son pocas, pero suponen los momentos más dramáticos del filme, que alcanza sus tramos más terroríficos cuando retrata la rapiña del invasor japonés, que 70 años después sigue siendo para los chinos un enemigo irreconciliable con el que se asusta a los niños.

    La película, que además supone un interesante regreso de Bale al tema de la invasión japonesa de China, 25 años después de haber protagonizado como niño "El Imperio del Sol" (Steven Spielberg), va directo al corazón del espectador, al estilo de los mejores dramas bélicos, recordando a obras maestras como "La lista de Shchindler" o "El pianista".

    Bale, cuya actuación servirá para enganchar a la audiencia occidental en medio de un reparto de desconocidos actores chinos, ha estado esta semana en China para promocionar el filme y hablar de él en su estreno a los medios, el 11 de diciembre; la visita ha tenido un lado amargo, ya que el actor intentó reunirse con un disidente chino y fue atacado por la policía, aunque no resultó herido.

    "The Flowers of War", que dentro de una semana llega a los cines de Estados Unidos y el próximo año al resto del mundo, representará al cine chino en los próximos Oscar, y se postula como firme candidata a llevarse la primera estatuilla a la mejor película extranjera para el cine chino (la laureada "Tigre y Dragón", de Ang Lee, era taiwanesa).

    Ya está nominada a los Globos de Oro, donde compite con "La piel que habito", de Pedro Almodóvar, y consiga o no alguno de los galardones, dejará a los espectadores completamente destrozados por los horrores de la guerra, pero emocionados al reflexionar que, en el atroz campo de batalla, también pueden crecer flores.

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