Angelina Jolie y Camboya, un amor para toda la vida

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/ 5 diciembre 2015

"En este país todos la conocen porque es famosa y porque ha hecho mucho" por la nación, señala Chea Sopheap, director de un instituto de cine en Phnom Penh.

"Aquí, en este país, viví el momento en el que tuve claro que sería madre y que quería una especie de familia camboyana", contó Jolie

Angelina Jolie sonríe al ver una vieja foto colgada en la pared en el restaurante Shiva Shakti de la capital camboyana Phnom Penh. La imagen es de 2001, antes de que a su vida llegaran Brad Pitt y sus seis hijos. El descubrimiento del pobre país del sureste asiático supuso un dramático punto de inflexión en su vida, como volvió a narrar durante un festival de cine en la ciudad. Y a él se ha mantenido unida desde entonces: actualmente rueda en Camboya su próxima película.

"Aquí, en este país, viví el momento en el que tuve claro que sería madre y que quería una especie de familia camboyana", contó Jolie. Con muchos niños.

Y lo ha conseguido. En 2002 adoptó en Camboya a su hijo mayor, Maddox, de 14 años. Después llegaron Pax, de 11, de Vietnam, y Zahara, de 10, de Etiopía. Además tuvo a Shiloh, de 9, y los gemelos Vivienne y Knos, de 7, con el actor Brad Pitt.

Hasta aquel decisivo momento, Jolie había cultivado en Hollywood su imagen de chica salvaje, con su look descarado, su sex appeal, sus tatuajes, sus desenfrenadas relaciones y dos matrimonios. En la foto aparece de hecho con su segundo marido, el actor Bob Thornton.

Camboya era entonces la cuna de su éxito: allí rodó en 2001 la película de acción "Lara Croft: Tomb Raider", que la catapultó a la fama. Pero independientemente del éxito cinematográfico, el país asiático le tocó a Jolie en lo más profundo. "Nunca antes había estado tan orgullosa de mí misma y de mi vida", cuenta. "Aquí aprendí tanto sobre la vida, aquí me quedó claro que tenía que cambiar mi perspectiva".

Una de las cosas que aseguró imponerla mucho fue la dignidad y la manera en que la gente, en medio de la más absoluta pobreza, superaba el trauma del régimen de terror de los Jemeres Rojos de los años 70. Ello le cambió la vida.

Primero adoptó a Maddox y después se convirtió en embajadora del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Se divorció de Thornton, se quitó con láser su nombre tatuado en el brazo y en 2005 conoció y se enamoró de Brad Pitt.

Cerca del lugar natal de Maddox, Battambang, se compró una casa y un terreno de 60.000 hectáreas con los que hizo una zona protegida. Ayudó a numerosas organizaciones benéficas y fundó la fundación Maddox Jolie Pitt para la protección del medio ambiente. Por su compromiso, Camboya le concedió en 2005 la ciudadanía de honor.

Y desde septiembre, Jolie vuelve a estar en Camboya, donde rueda la cinta "First They Killed My Father", que narra la historia el régimen de los Jemeres Rojos desde la perspectiva de un niño. Maddox la ayudó como asistente de producción e incluso actúa con un pequeño papel en el película, que se estrenará en el servicio en streaming Netflix a finales de 2016. "Quiero que Maddox aprenda algo sobre este país", asegura Jolie. "Es mi hijo pero también es un hijo de Camboya".

Jolie rueda en los alrededores del complejo de templos de Angkor Wat cerca de Siem Reap, a donde ha arrastrado a su familia, como hace con frecuencia. Hace un par de semanas los paparazzi descubrieron a Jolie y Pitt con algunos niños en el mercado de Siemp Reap, donde se camuflaban como turistas cualquiera. Igual que los visitantes o los locales de país la familia viajaba en tuc tuc, una especie de moto con un remolque para pasajeros.

"En este país todos la conocen porque es famosa y porque ha hecho mucho" por la nación, señala Chea Sopheap, director de un instituto de cine en Phnom Penh. Pero los camboyanos respetan su esfera privada: no hay multitudes donde ella aparece y nadie se le echa encima, lo que supone todo un respiro para la mundialmente conocida familia.

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