Adriana Cerecero trae un pedacito de Narihua al Centro Histórico en exposición

Narihua es un valle ancestral que resguarda en sus suelos la historia de quienes lo habitaron hace unos siglos, así como las huellas de las eras geológicas que hace eones definieron la forma del planeta que hoy habitamos.

Con “el círculo como punto de partida y la piedra como soporte” Adriana Cerecero se inspiró en las formas que pueblan este territorio para imaginar uno nuevo en el ámbito galerístico: la exposición “Auras pétreas”.

La muestra, que se inauguró el pasado jueves en el Recinto del Patrimonio Cultural Universitario de la UAdeC, aprovecha las dos salas de exposiciones temporales para presentar distintas obras producto de la exploración y la investigación sobre las zonas de Narihua en General Cepeda y San Rafael de los Milagros en Parras de la Fuente y Gavillero.

“Este podría llamarse un proyecto de intervención colectiva, ya que desde el inicio, en el proceso de exploración e investigación me apoyé de amigos y expertos sensibles al tema”, explicó la artista durante el evento inaugural.

Cerecero contó que su exploración sobre el tema inició en 2014, luego de que regresara a la capital coahuilense tras varios años de labor en la isla de Palma de Mallorca. En ese momento tuvo el encuentro más significativo con una de estos tres territorios, Narihua, en el que se encuentran no solo vestigios rupestres de los habitantes nómadas y semi-nómadas que habitaron la región antes y durante los primeros siglos del periodo Colonial, sino que también hay registros de otras era geológicas, cuando la forma del planeta era muy diferente y lo que hoy es Coahuila se encontrara bajo el agua.

“Creo que es una gran plataforma para conocerlo, para que nos entre esta curiosidad de llegar a Narihua. El estar en Narihua ya es impactante, conocer nuestra historia, lo que hemos sido”, señaló sobre la exposición la Coordinadora General de Difusión y Patrimonio Cultural de la UAdeC, Ana Sofía Rodríguez Cepeda.

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A partir de este encuentro desarrolló la muestra “pensando siempre si el material quiere compartir algo conmigo”, idea que se traslada a las piezas, que invitan a buscar una conexión con las rocas y los petrograbados.

Desde la gráfica, la pintura y la instalación, además de otras técnicas y usando muy distintos materiales, la serie revela su inspiración en cada trazo y cada forma abstracta que alude a ese territorio que muchos ubican pero no todos conocen de primera mano.

La museografía, además, destaca sobre todo en la galería de la primera planta, que ofrece un observatorio que convierte la sala en una noche en el semidesierto, mientras que en la segunda planta se expone el trabajo a la manera habitual, entre los colores de la tierra, sus texturas, sus relieves y, por supuesto, sus historias.