Con arpa e historia se realiza el tercer concierto de temporada de la Orquesta Filarmónica del Desierto

En su tercer concierto de temporada, que se enmarca el décimo aniversario de trabajo, la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC) mostró una vez más al talento de su equipo con la presencia de la arpista Betuel Ramírez, pero también retomó una actividad que permite a su público involucrarse más con lo que escuchará sobre la escena.

Este jueves en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler, el concierto “Arpa, una historia con voz de mujer” fue precedido por una charla con el maestro Eliézer Jáuregui, columnista de VANGUARDIA, quien compartió algunos apuntes sobre la vida de los compositores que integraron el programa de la noche y las obras que se interpretaron de ellos.

Así el público conoció un poco sobre la vida —breve, como lo dejó en claro el también músico y docente, pues los tres fallecieron sin haber superado por mucho los 50 años— de Fanny Mendelssohn, Claude Debussy y Piotr Ilich Tchaikovsky, quienes desarrollaron su obra durante el siglo 19.

Su intervención, que inició una media hora antes del concierto, se movió entre los datos biográficos y comentarios técnicos —aunque dosificados para no excluir a quien no conozca de teoría musical—, gracias a los cuales los asistentes pudieron enfrentarse al trabajo posterior de la OFDC con mayores herramientas para entenderlas y disfrutarlas.

“Una obra programática es una idea que surge en el romanticismo, en el siglo 19, [...] donde si algo los conmovía, la emoción que sentían, lo volcaban en una obra, podía ser una pintura, la historia de un héroe nacional, la visión de una tarde, en este caso lo que hace Tchaikovsky es componer sobre algo tan subjetivo e impalpable como es el destino”, comentó respecto a la Cuarta Sinfonía del compositor ruso, con la que momentos después cerraría la noche.

Tras su participación —que concluyó reiterando la necesidad de no aplaudir entre los movimientos de una obra— la OFDC subió al escenario para interpretar la Obertura en Do Mayor de Fanny Mendelssohn, antes de invitar a la principal de arpa y solista de la noche, Betuel Ramírez, quien entregó una rendición de la Danza Sagrada y Profana para Arpa y Orquesta de Debussy, una obra breve pero que dejó en claro las capacidades de la intérprete. Como encore deleitó a los presentes con “Asturias” de Isaac Albéniz, original para piano, popularizada en guitarra, pero con un arreglo para arpa que sorprendió a los espectadores.

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Tras el intermedio la orquesta regresó para presentar la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky y concluir así la tercera entrega de su serie de conciertos de aniversario.