¡Con Saltillo de fondo! Disfrutan de un menú para la memoria y la historia
La segunda cata al aire libre del proyecto Vive tu Centro se realizó en la explanada de la Iglesia del Ojo de Agua, con platillos pensados en ‘revivir la nostalgia’ del pasado de la ciudad
La vista protagonizó la segunda cata al aire libre del proyecto Vive Tu Centro, que se realizó en la explanada de la Iglesia del Ojo de Agua, con el paisaje saltillense nocturno de fondo, en una velada que buscó llevar a sus asistentes por un viaje de nostalgia y de revalorización del
Alrededor de 70 personas se dieron cita en esta cena-maridaje donde pudieron degustar un menú que acompañó platillos hechos por restaurantes locales con vinos y destilados coahuilenses, rodeados por el patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad.
El evento inició con una breve charla a cargo del arquitecto Arturo Villarreal, quien habló sobre los orígenes de Saltillo, detalles históricos de los barrios del Ojo de Agua y Águila de Oro, recalcando la importancia de proteger esta memoria.
LA VELADA
“Voy a hablar sobre el lugar donde estamos, la parte histórica y cultural. Donde tienen los pies estamos a 1662 metros sobre el nivel del mar. La base de Catedral está a 1603 metros sobre el nivel del mar, considerando que la torre tiene 72 metros, es 13 metros más alta que el punto donde estamos. Por eso cuando voltean para allá la verán aparentemente a nuestro nivel de ojo, pero está 13 metros más arriba que nosotros”, comentó al iniciar su intervención, en la que también habló sobre las colinas que comprenden el límite entre la llamada meseta de Arizpe, al sur, y el valle de Saltillo, al norte, así como las diferentes teorías sobre la fundación de la ciudad —que, de acuerdo con él, no fue en el Ojo de Agua—, y hasta recordó a algunos personajes ilustres de la zona, como Pancho “La Gallina”, quien dedicó su vida a la danza de los matlachines.
Con esta expresión artística y cultural fue que continuó la velada, con una danza a cargo de la Danza del Señor de la Misericordia de Landín, para “agradecer el espacio y la energía”, en palabras Ivonne Orozco, chef que estuvo a cargo de la comida esa noche.
El menú, que se sirvió a continuación, fue realizado por los restaurantes Las Delicias de mi General y y Hotel Colonial San Miguel, así como los vinos Hacienda Florida y sotol de Desierto Calavera, con la guía de la sommelier Daniela Peña, quien al igual que hace en su proyecto El Vino es para Todos, ofreció herramientas a los presentes para degustar la propuesta sin recurrir a términos técnicos de la enología, dejando todo en un lenguaje coloquial, amable con el público general.
EL SABOR Y LA PROPUESTA
El primer tiempo fue una tostada de ceviche de chicharrón de Alanís, con tostadas de ajonjolí de la Ramos y maridaje de un vino rosado de Hacienda Florida. El segundo tiempo fue un chile relleno de queso bañado en salsa de pulque y setas salteadas con un maridaje de vino malbec, de la misma bodega. Por último los asistentes pudieron degustar una chorreada de pulque de Mora Pan con nieve de mazapán, este acompañado por un carajillo con sotol de Desierto Calavera.
Entre cada entrada, antes de ceder el micrófono a Peña, Orozco ofreció un “viaje al pasado”, destacando las memorias que podían detonar los ingredientes y sabores que cada plato contenía.
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La experiencia, que tuvo un costo de $850 pesos —incluido un vasito de vidrio cortesía de Desierto Calavera—, además de poner el ojo sobre el la riqueza patrimonial del Centro Histórico, también buscó demostrar que la degustación de vinos y licores no siempre tiene que ir acompañada por platillos muy particulares, sino que se puede disfrutar con una amplia variedad de recetas.
