En ‘Intimidades… o no’ Mónica Mayer recupera décadas de memorias
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La compilación de textos realizada por Julia Antivilo y Katnira Bello es a la vez una retrospectiva de su obra escrita que aborda tanto lo profesional como lo personal
Los textos que en retrospectiva hablan sobre la trayectoria y obra de la artista y escritora Mónica Mayer (México, 1954) tal vez se centran en primera instancia en su trabajo y en su vida, pero a través de estos ofrecen una mirada al desarrollo de la escena artística y del performance en México durante 40 años.
“Intimidades… o no: Arte, vida y feminismo” es una compilación de textos tomados del archivo personal de la artista, seleccionados por las también creadoras e investigadoras Julia Antivilo y Katnira Bello, publicado por Editorial Diecisiete en junio pasado.
En entrevista con VANGUARDIA la “perfomancera” y artista feminista ahondó sobre el proceso de creación de este libro —que nació como un sub-producto de su exposición “Si tiene dudas, pregunte” que realizó en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo en 2016—, el cual le permitió mirar a sus 67 años su propia obra con la distancia que otorga el tiempo y recordar episodios que ya ni siquiera estaban presentes en su mente.
Desde el principio
“Cuando hice la exposición en el MUAC, Karen Cordero hizo la curaduría, entonces revisamos materiales, y empezó a ver que había muchos textos. Tengo varios libros escritos pero ninguno a partir del archivo. Entonces empezamos a ver la idea de sacar un libro que no se podía sacar de forma paralela a la exposición pero que era importante hacerlo”, recordó Mayer, “invité entonces a Julia Antivilo y Katnira Bello, ambas son performanceras, investigadoras, etcétera, a quienes conozco de hace mucho tiempo. Se metieron a mi archivo y durante año y medio más o menos estuvieron revisando más de mil 500 textos de todo tipo”.
Mayer, que ha trabajado con archivos durante toda su vida, tanto en sí mismos como otorgándoles una dimensión artística, le dio acceso absoluto a las investigadoras, quienes a pesar de su profesionalidad se encontraron con tanto material que la artista tuvo que apoyarles en la selección final.
“En la parte fina eran todavía demasiados textos, porque muchas veces es difícil decir este no entra, les propuse que tuvieran un giro en que los textos además tuvieran que ver con mi producción. Porque evidentemente tengo muchos textos en los que hablo exclusivamente de otros artistas. Ellas se metieron y rescataron textos de los que yo ni me acordaba y decidieron qué quedaba y qué no”, dijo.
Los textos que se pueden encontrar en el libro parten de diarios personales, publicaciones editoriales y otros tantos productos pensados para exposiciones o como obras mismas, que pueden, o no, hablar sobre su vida privada, de ahí el nombre de la antología.
Sin reservas ante su pasado
Al trabajar en retrospectiva, comentó, se encontró con comentarios o ideas con las que ya no comulgaba, pero trató, con el apoyo de Antivilo y Bello, de no autocensurarse, lo cual, dijo, “es medio difícil, porque, por ejemplo, lo que yo pensaba del performance a los 20 años era así como ‘pos es teatro pero no’, hasta ahí llegaba mi definición. Entonces de repente lo veo hacia atrás y digo, ‘híjole, qué ignorancia’, pero es lo bonito del libro, que vas viendo cómo se desarrollan las ideas, cómo las desarrollo yo y cómo cambian en el medio, porque no teníamos ni vocabulario para hablar de performance en determinado momento”.
“También hay juicios que hacía de personas, de artistas, de funcionarios, que sentí que eran muy fuertes, que quizá hoy no lo serían o no los plantearía de esa manera, o situaciones en las que estoy hablando de algo muy lindo y con mucha esperanza pero yo sé que no va a pasar, porque a esa persona le pasó una tragedia; entonces eso me costaba mucho trabajo dejarlo, pero decidimos que se tenía que quedar”, agregó.
Cuatro décadas de historia
“Intimidades… o no”, en su retrospectiva ofrece no solo un vistazo a los pensamientos de Mónica a lo largo de los años, así como los acontecimientos de su vida, sino que también es una plataforma para observar, desde su perspectiva, cómo se ha desarrollado la escena del arte contemporáneo y del performance en el centro de México.
“[Se observa] un cambio en el feminismo, un cambio en el lenguaje, de todo hablado en masculino a cómo va cambiando a lo largo de las décadas, que si todos y todas, que si arroba, todos esos cambios en el lenguaje; cambios en el feminismo, están desde las primeras entradas de mi diario en el que digo que tenemos que hacer toda una estrategia para que haya arte feminista en México y hoy estamos llenos de colectivas feministas, con una vocación claramente de género. En fin, ha cambiado el contexto radicalmente”, expresó.
“Hay cosas que siguen igual. Tú vez, por ejemplo, las crisis políticas y cuando no es una crisis política y económica es otra, y cuando no es violencia y problemas en el estado son otros y de la misma manera los problemas con la burocracia cultural ahí están, desde siempre. Nomás le cambias el nombre a los funcionarios”, continuó.
“Es bien interesante, lo bueno es que en estas etapas del partido soy bastante benévola conmigo misma y hay cosas que sí de muy joven me dan ternura. A veces el creer que las cosas iban a cambiar mucho más rápido de lo que cambiaron, pero otras veces como ese entusiasmo de cambiar las cosas y una visión muy clara desde un principio. Me enternece cuando hablo de cuestiones de la maternidad y lo difícil que es ser mamá y ser artista al mismo tiempo, como toda esa parte personal que está involucrada”, concluyó.