Feliz cumpleaños, Elena

Artes
/ 19 mayo 2022

A su 90 años, que cumple este jueves, la Premio Cervantes Elena Poniatowska opina que contar con algo de talento para escribir, además de la curiosidad y la capacidad de trabajo son la semilla de sus más de 40 libros.

El origen de todo está en la curiosidad, también he sido muy machetera (trabajadora), esperemos que con algo de talento”, opina Poniatowska, nacida en París el 19 de mayo de 1932.

Con una obra periodística de alrededor de 70 años, Poniatowska dio el salto a la literatura de no ficción en 1954 con su novela “Lilus Kikus”.

A la que le siguieron crónicas como “La noche de Tlatelolco” y otras novelas como “Hasta no verte Jesús mío”, premio Mazatlán; “Piel de cielo”, premio Alfaguara; “Leonora”, premio Biblioteca Breve; “El tren pasa primero”, Premio Rómulo Gallegos; “Dos veces única”, y la más reciente “El amante polaco”.

Me interesa cómo suena un texto, el ritmo, el sonido. Algunas personas hablan con poesía; me gusta la música de las palabras de Juan Rulfo”, explicó Poniatowska al referirse a las costuras de sus libros.

Provocadora, como siempre fue con sus entrevistas, Poniatowska confesa que la muerte no la asusta.

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La muerte es una espuela; hay que hacer antes de morir lo más que se pueda. Todavía no me quiero morir, pero no siento miedo de la muerte, tengo el pendiente de otros libros que quisiera hacer, a ver si puedo”, comentó.

$!Elena Poniatowska, Premio Cervantes, cumple 90 años.

Aunque agradece los reconocimientos y las celebraciones en ocasión de su cumpleaños, lamenta no saber decir “no” a los homenajes que terminan por agotarla y no la dejan escribir.

Estoy trabajando en una novela sobre mi mamá, sin embargo, ahora hago todo más lentamente y soy más requerida. Me llaman para presentar un libro, para tal conferencia. Trato de no aceptar tantos compromisos, pero sigo sin aprender a decir que no”, explicó.

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Poniatowska aseguró que a su edad se siente por encima del bien y el mal. Asimismo aseveró no sentirse importante tras haber ganado el Cervantes, que le fue entregado en 2014, ni tampoco por los muchos otros premios y no piensa en si la van a recordar cuando abandone su cuerpo.

Que me recuerdan como lo que quieran, si es que me recuerdan; no me preocupa eso. Si me dicen periodista, qué bueno; escritora, qué bueno, lo que sea. No me califico”, explicó.

Por su parte, Poniatowska contradice la máxima de que cualquier tiempo pasado fue mejor. En cambio se considera una mujer confiada en la fuerza de los jóvenes y es optimista hacia el futuro, aunque sufre por los asesinatos de mujeres y periodistas en su país.

México tiene fama de país duro con las mujeres a través del machismo; es el gran tema. Igual me preocupa que maten a los periodistas. Son problemas esenciales de México”, precisó.

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La escritora celebrará su cumpleaños con una comida en compañía de sus hijos comer con sus hijos y reconoce que recibirá decenas de llamadas debido a que es una de las intelectuales más queridas de México.

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Por otra parte, considera que la escritura tiene un lado etéreo y a veces siente que sus personajes le hablan, como le sucedió con su antepasado Stanislaw Poniatowski, último rey de Polonia,

Si bien es simpatizante del presidente Andrés Manuel López Obrador, también ha sido objeto de sus críticas por dividir a los mexicanos, pero no desea ser recordada como activista de nada. “El mayor homenaje que se le puede hacer a un escritor es leerlo”, aseveró.

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90 AÑOS DE DUDAS, ASOMBRO Y JUSTICIA

El poder mirar lo que nadie veía y escuchar a quien nadie escuchaba hicieron que la escritora mexicana Elena Poniatowska pudiera descubrir en las letras un espacio para poder hacerle frente a las injusticias en un país en donde la pobreza, la violencia y la corrupción estaban normalizadas.

(Poniatowska) ha sido una ventana que nos ha permitido asomarnos a lo que es México y conocerlo, ella empezó a trabajar en 1953 y desde entonces no ha parado”, aseveró Beatriz Zalce de Guerriff, sobrina de la escritora y dos veces ganadora del Premio Nacional de Periodismo.

Por su parte, en opinión del escritor Benito Taibo Poniatowska “es la Princesa Roja, la tía Elena, la que siempre está dispuesta a ser una de los abajo firmantes para las mejores causas, la cronista por excelencia de este país” .

Nació en París en 1932, Poniatowska llegó a México con su familia huyendo de la Segunda Guerra Mundial a la edad de diez años.

Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, su nombre completo, que es descendiente de la realeza polaca, por lo que estaba destinada a tener una vida aristócrata tradicional, sin embargo encontrarse con México en su niñez cambió su rumbo.

$!La periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska en Ciudad de México.

El hecho de no haber nacido en México le permitió ver con mucho asombro cosas que aquí se veían como algo normal. Ella pone un ejemplo muy concreto como es el que haya gente que no tenga zapatos, aquí uno obvia la respuesta y dice, ‘es porque son pobres’, pero eso no le parecía una respuesta, ni una razón, y eso en un principio muestra esa mirada de curiosidad y de asombro”, explicó Zalce.

Si bien, no cuenta con los títulos universitarios que le hubiera gustado tener, Poniatowska logró tener una formación que ninguna escuela puede ofrecer al haber tenido grandes “maestros” como Octavio Paz, Alfonso Reyes, Diego Rivera y Juan Rulfo.

Además, puede jactarse de poder llamar amigos a intelectuales como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Leonora Carrington, Vicente Rojo y José Emilio Pacheco entre otros.

Poniatowska tuvo su debut como reportera fue en 1953 en el periódico Excélsior, dos años más tarde se encontró con Fernando Benítez en el suplemento “México en la cultura” del diario Novedades, y fue él quien de forma exigente, a a la vez cariñosa, la que la obligó a “subir de categoría” en el arte de la entrevista.

Benitez le decía ‘eres una perla en un basurero’, impulsándola siempre a mejorar”, explicó su sobrina.

En un tiempo en el que las voces de la gente “común y corriente” no eran tan interesantes, Poniatowska logró detener su mirada y comenzó a escuchar para poder “entrevistar a gente que no era entrevistable”, aseguró Zalce.

Es por esa preocupación que emergieron crónicas como “La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral” (1971) en donde narra las vivencias de los estudiantes y líderes del movimiento estudiantil de 1968, “Fuerte es el silencio” (1980) en donde relata las luchas populares que resuenan en la actualidad por sus similitudes.

Pos su parte, ensus novelas como “Hasta no verte Jesús mío” (1969) en donde reseña la vida de Jesusa Palancares, una mujer oaxaqueña víctima de la pobreza y la violencia, o “Las soldaderas” (1999), en donde visibiliza a las mujeres que fueron parte de la Revolución Mexicana (1910-1921).

Elenita es nuestra memoria, nuestro ‘Pepe Grillo’ (conciencia) que está en el oído diciéndonos siempre hacia dónde ir, qué camino tomar y cómo hacer de alguna forma las cosas”, expresó Taibo.

“Sus textos no son solo una forma bonita, una forma literaria de contar las cosas, sino también son un contenido, es fondo y forma, va más allá de haber sido una güerita muy bonita y muy simpática, hay un gran talento en ella para la entrevista”, precisó su sobrina Beatriz.

La imagen de Poniatowska cuando está firmando cada libro de forma personalizada de una fila interminable de lectores, es una evidencia de su cercanía y naturalidad con la que se involucra de lleno en el mundo que le tocó vivir y también de su humildad.

Creo que la solidaridad es una marca que trae en el pecho y que la utiliza todo el tiempo, Elena es una pieza angular de la creación de la sociedad civil mexicana, la sociedad civil le debe mucho a ella y a sus escritos”, concluyó Taibo.

Con información de la Agencia EFE.

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