Joan Figueras, el hijo secreto de Salvador y Gala Dalí

Artes
/ 17 noviembre 2020

A pesar de la fama que tenía la célebre pareja de fríos e incluso de no querer a los niños, por más de 4 décadas una persona fue parte de sus vidas como si hubiera sido de su propia sangre

En vida, el pintor Salvador Dalí llegó a expresar que no tenía intención alguna de tener descendencia. Aseguró en su momento incluso que “no me interesa que haya seres que lleven mi apellido. No quiero transmitir a Dalí. Quiero que todo acabe conmigo”, y que “los hijos de los genios son unos idiotas. Esas criaturas infértiles nos deshonran y ostentan nuestro apellido sin haber comprendido quiénes fuimos”.

Su postura parece muy definitiva en estas circunstancias y su esposa Gala estaba de acuerdo con él. Sin embargo, recientemente, José Ángel Montañés, un periodista de El País comenzó a indagar en un aspecto de la célebre pareja poco conocido: su relación con Joan Figueras.

Por casi 40 años Joan Figueras fue muy cercano a los Dalí y desde su temprana infancia se ganó el corazón de ambos, al grado de que pasó con ellos cada verano en su casa de Portlligat como si fuera uno más de la familia.

Según indagó el periodista, los tres se conocieron en 1948 cuando el pintor, luego de vivir junto a su mujer por diez años en Nueva York, regresó a esta casa ubicada en la costa norte de España, a tan solo unos kilómetros de la frontera con Francia, para iniciar una etapa místico-religiosa en su pintura, tras renegar del surrealismo.

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Para inaugurar este proyecto decidió pintar una Virgen —que se convertiría en “La Madonna de Portlligat de Cadaqués”—, para la cual utilizó a Gala como modelo y a Joan, entonces de cinco años, como la base para el niño Jesús. A partir de ese momento el pequeño rubio y travieso se ganó su corazón y pasó con los Dalí cada temporada que ellos estuvieron en Portlligat, usualmente entre marzo y octubre de cada año.

Gala conservó muchas fotografías en las que aparece Joan a través de los años, quien convivió con la pareja al grado de que llegó a viajar a Barcelona con ellos y hasta estuvo presente cuando la casa fue visitada por personalidades como Walt Disney —quien le regaló al niño un uniforme de béisbol y un ejemplar firmado de Peter Pan, película que acababa de llevar al cine, en 1953— y hasta miembros de la realeza como Humberto de Saboya y los duques de Windsor, siempre presentado como el “ahijado” de los Dalí.

Tan cerca fue su relación que la comunidad de poblado catalán reconoce hasta la fecha que si alguien puede ser considerado hijo de Salvador Dalí ese es Joan.

“Gala escogió de entre todas sus fotografías unas 300 para decorar las puertas de su vestidor que dan paso a la sala oval, su sanctasanctórum en Portlligat. Con ellas realizó un collage de la vida y de los éxitos de Dalí y de ella misma, en el que aparecen personalidades del arte, la sociedad y la política y personas anónimas que compartieron su día a día. En 11 aparece Joan, solo o en compañía de la pareja; algo que sorprende si se comprueba que, de Cécile, la hija que Gala tuvo con su primer marido, el poeta Paul Éluard, y de sus tres nietos, no escogió ninguna foto”, escribió el periodista sobre este cariño prominente y la vez poco conocido de Gala por el niño.

Con el paso del tiempo los lazos continuaron igual de estrechos, a pesar de que durante la adolescencia Joan ingresara al negocio de su padre —biológico— y por lo mismo tuviera menos tiempo para pasar con los Dalí y aunque cuando encontró pareja, el artista y su esposa temieron que se mudaría a Barcelona —pues de ahí era su mujer— él les aseguró que continuaría en el pueblo costero y posteriormente se casó y formó una familia.

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El periodista también recuenta en esta investigación que fue publicada el 5 de noviembre pasado en el libro “El niño secreto de los Dalí”, por Roca Editorial, que el pintor tenía muchos planes para el muchacho. Lo usó de modelos en diversas ocasiones y hasta quiso que protagonizara algunos de sus proyectos cinematográficos —que no se realizaron— y por bastante tiempo, en respeto a la memoria de sus amigos, Joan se rehusó a hablar de esta relación, a diferencia de otras personas que sí contaron a detalle sus encuentros y amistad con el artista.

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