La divergente
COMPARTIR
Consuelo Saizar renunció a su labor como organizadora de la Feria Internacional del Libro ITESM Monterrey.
Renunció a su labor como organizadora de la Feria Internacional del Libro ITESM Monterrey. Consuelo Saizar no pudo adaptarse a la manera de trabajar de una organización estricta, con objetivos a corto plazo y muy poco tolerante a la diversidad.
Para alguien con gustos tan delicados, la vulgar forma de los norteños, continúan representando las ideas de Vasconcelos. Donde termina la civilización y comienza el aroma a carne asada.
Consuelo y su esposa decidieron cerrar de manera caprichosa su aventura cultural. Con una carta escueta, muestra de la incomodidad, anticipada a la quincena, regresaron cargadas de sus valijas temporales a su bunker en la capital.
Nacida de cuna humilde, siempre lo ha mencionado, labriega favorita de algunos políticos progresistas, ha sido alfil en el momento adecuado.
Algunas auditorias de la federación mencionan su nombre como responsable. Lo sabe y la abochorna. Solo siguió las ordenes de sus patrones.
La línea sube hasta los presidentes del país. Muy a la usanza de la estafa maestra de Rosario Robles.
Consuelo Saizar, la funcionaria, la relacionista publica y en ocasiones muy contadas, la académica, está afuera de toda idea de cultura, por lo pronto en los restantes años de la 4T.
La feria internacional del libro del ITESM en Monterrey es una organización endeble. Muy por detrás de la FIL de Guadalajara. Incluso de Minería o la populachera del Zócalo. A donde las multitudes asisten.
Nombrar un concejo de notables norteños podría salvar la muy desorganizada instancia librera. Aunque la solo sirva, para alargar el desinteresa y la agonía cultural vasconceliana.