Laura Esquivel, autora de ‘Como agua para chocolate’ conmueve e inspira a miles de saltillenses en la FILC

Con un auditorio lleno se presentó la escritora Laura Esquivel este martes en la Feria Internacional del Libro Coahuila (FILC). El evento, un espacio para que la creadora de “Como agua para chocolate” hablara sobre esta y las dos secuelas a la historia de Tita, también se convirtió en un conmovedor encuentro con sus lectores.

Desde el Aula Magna del Centro Cultural Universitario de la UAdeC, sede de la fiesta de las letras, la escritora fue acompañada por el comunicólogo Sergio Arévalo, quien abrió la velada con una carta dedicada a cómo su obra impactó su vida, algo que marcó la tónica del evento.

A continuación Esquivel tomó la palabra y compartió un poco de lo que para ella significó la creación de esta novela de 1989, así como sus dos secuelas, “El diario de Tita” de 2016 y “Mi negro pasado” de 2017, así como las razones para tomar la decisión de continuar la historia.

“Agradezco muchísimo la presencia de todos ustedes, es muy conmovedor para un escritor estar en contacto con la gente que ha seguido la obra y en un estado donde surge esta historia hace muchísimos años”, compartió Esquivel.

“Mi mamá, para los que no lo saben, nació en Piedras Negras, Coahuila, la familia de mi mamá es de allá y por eso ubiqué la historia ahí, en este lugar, en esta frontera, en un espacio para mí tan mágico”, recordó sobre sus raíces coahuilenses.

La escritora también aprovechó para recordar cómo la relación con la comida ha cambiado y se ha perdido esa alquimia, el bienestar que generaba más allá de la mera satisfacción del apetito y ahora, por el contrario, puede enfermarnos y dañarnos.

Al terminar su intervención, y ante un auditorio que estaba a rebosar de público —y para el cual se formaron filas antes de iniciar, que salieron del recinto—, ella entregó el micrófono a los presentes, para poder abrir la conversación.

Pocas fueron las preguntas que le hicieron. Quienes tomaron la palabra lo aprovecharon para agradecerle el, incluso, haberles salvado o cambiado la vida con sus novelas. Así la noche se tornó conmovedora, entre anécdotas y agradecimientos. Pero también fue un espacio para reconocer cómo muchas personas, mujeres sobre todo, pero también hombres, se sintieron empoderadas por los personajes que creó.

“Eso era lo que quería transmitir, exactamente lo que percibieron y lo que les ha hecho transformar la visión de la cocina. Yo vengo de una generación, de los 60’s, en la que las mismas mujeres habíamos devaluado lo que pasaba dentro de la casa, no se le daba la importancia a lo que sucedía en ese espacio íntimo”, mencionó.

Esquivel externó su sentimiento ante esto, y tomó unos momentos entre cada ciertas intervenciones para responder alguna pregunta en específico, ahondar en los procesos creativos detrás de cada novela —y la historia de cómo las escribió— y también darles las gracias a los presentes.

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Al finalizar Laura Esquivel permaneció en el Aula Magna para firmar libros. Se formaron varias filas, muy pocas personas salieron. La firma terminó alrededor de las 11 de la noche y la autora atendió paciente y amorosamente a cada uno de sus lectores y lectoras, escuchando las anécdotas e historias de quienes no pudieron hacerlo con micrófono —y cómo su libro influyó tanto en las vidas de otros—, compartiendo el amor por la cocina, la luz de cada ingrediente y la alquimia de convertirlos en un platillo.