¡Perritos al teatro! ‘101 dálmatas’ llega con Cuarta Pared al Teatro de la Ciudad
La historia, adaptada de la novela original de Doddie Smith, con elementos musicales del adaptación de Disney, se presentará el próximo fin de semana en el Fernando Soler
Tras haber roto el hechizo de La Bestia durante el verano, Cuarta Pared Teatro está por llevar a escena otro cuento clásico, conocido por las diversas adaptaciones que ha hecho Disney, pero que ahora llegará más fiel que nunca a la historia original de Doddie Smith.
‘101 Dálmatas’ llegará al Teatro de la Ciudad Fernando Soler los días 17 y 18 de noviembre con todas las ocurrencias que una manada de perritos y sus amigos tendrán que hacer para evitar que Cruella De Vil los convierta en su abrigo preferido.
ENCARNANDO A CARISMÁTICOS DÁLMATAS
La producción no subirá al escenario a decenas de animales, sino que con la experiencia adquirida en el manejo de títeres, gracias a obras como “Un monstruo viene a verme” y la mencionada “La Bella y La Bestia”, Pongo, Perdita, Penny, Lucky, Bola y el resto de sus hermanitos y hermanitas serán interpretados por personas de carne y hueso que pondrán su voz y cuerpo para darles sus divertidas personalidades.
Esto requirió de un gran trabajo de coordinación, sobre todo para los perrunos padres, que son encarnados por dos pares de artistas; Ángel Robledo y David Lozada como Pongo y Juliana Pugliese y Andrea Castro como Perdita.
“Es difícil porque es una sincronía no solo con el títere sino con tu compañero. El hecho de que puedas hacerlo natural, de que parezca un perro, es algo que logra uno, lo logran los dos”, comentó Robledo en una entrevista para VANGUARDIA con el elenco adulto.
Los titiriteros se dividen la labor entre controlar la cabeza y patas delanteras y ser, literalmente las patas traseras de los animales. De ahí que sea necesaria una conexión particular para que ambos se muevan como uno solo.
“Es muy cansado físicamente, son posiciones difíciles, tienes que estar agachado, moverle la colita al perro. Tuvimos que investigar cómo se mueven para que no parezca una persona queriendo ser perro, sino que la gente crea que sí lo es”, agregó Castro.
Armando Tenorio, director escénico, explicó que, en cambio, para los niños Zoe Robledo, Xavier Lomelin y Rodrigo Huerta, quienes interpretan a los tres cachorritos principales, fue más sencillo dominar los títeres —creados por Chuy “Fauno”—, no solo porque es uno por persona, sino porque también se adaptaron rápidamente al juego que implica. Mientras tanto, habrá otros 13 niños como la manada que representa al resto de los dálmatas, utilizando cabezas de títere para darle vida a distintos personajes.
DE MEDIADOS DEL SIGLO XX A LA ACTUALIDAD
La novela original de Doddie Smith se ambienta en una época ya muy antigua, la adaptación animada de Disney también y aunque la versión live-action con Glenn Close como Cruella De Vil la trajo a los 90’s, ahora este montaje, traducido y adaptado por Rodrigo González junto a Debbie Isitt, planteará la trama en nuestros tiempos.
“Es una Cruella bastante joven, Anita también. Estamos trabajando con un matrimonio millennial, qué representa, sus gustos, lo mismo con todo lo que está ocurriendo alrededor. El sentido estético de la moda tiene que ver más con la contemporaneidad”, explicó Tenorio.
“La trama es la misma, pero se le está tratando de dar más atención al maltrato animal, la adopción, no tanto a como lo veíamos en la historia original que es núcleo familiar y el valor de la familia, sino ya estamos hablando de temas más actuales y que le hablan a la comunidad”, añadió González.
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Por ejemplo, Nanny, interpretada por Alida Hernández, no es la sirvienta, sino un familiar querido que apoya a la pareja de Anita (Alina García) y Roger (Carlos Giles). Asimismo, la relación con Cruella (Claudia Dithe) se actualiza y, mencionan, llega a ponerse en cuestión porque ella y Anita son amigas en primer lugar.
“Con Cruella hay un cierto marco del que no te puedes salir”, asegura Dithe, “entiéndase histérica, loca de la moda, egoísta y narcisista. Eso sí es. Lo que no me agradaba mucho y decidimos no llevarla ahí era esta cosa de que es mala porque así es. Entonces sí tiene más matices, la dificultad es que me siento fragmentada la mayor parte del tiempo, pero sí está más justificada, se trató de construir más la relación con Anita, esta cosa compleja de ‘somos amigas, pero te trato mal y te trato bien’”.
De manera similar, explicó que el hecho de matar a los perritos no es el objetivo en sí pero “si tengo que matarlos para hacerme mi abrigo, lo haré. Para ella piel es moda y es lo que quiere”. Esto se extiende a sus secuaces, Horacio y Gaspar (interpretados respectivamente por Donaldo Duarte y David Reyna), quienes saben que tienen que cometer ese crimen porque así se los ordenaron, pero llegan a mostrar su inseguridad al momento de pensar si serán capaces de matar a un animal.
