Así son ‘Blade Runner 2049’ y sus replicantes de última generación
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Analizamos sin 'spoilers' la película de Denis Villeneuve, continuación de la obra maestra de Ridley Scott, que se estrena el 6 de octubre
El próximo viernes se estrena Blade Runner 2049, la continuación -35 años después de su rodaje y 30 años después en la historia que transcurre en la pantalla- de la obra maestra de Ridley Scott libremente basada en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick. El nuevo guion no se basa en las continuaciones literarias -a muchos se les olvida que la novela original tuvo tres secuelas escritas por Kevin Wayne Jeter- sino que, de hecho, el guionista Hampton Fancher (veterano de 79 años autor de la primera parte) y Michael Green (colaborador de Ridley Scott en Alien: Covenant), con la supervisión de Scott, han bebido del filme original para una continuación completamente consecuente con lo narrado en 1982.
¿A cuál de las versiones de Blade Runner se engarza Blade Runner 2049? Ryan Gosling lo dijo claro en Madrid: "Continúa la historia de la versión del director". Blade Runner ha tenido diversas revisiones a lo largo del tiempo, y entre ellas está la que Scott defiende como la más cercana a sus ambiciones iniciales. Efectivamente, en ese Final cut (del que este jueves se celebran 10 años del estreno) hay varios elementos claves en esta nueva película.
Harrison Ford, la leyenda. Blade Runner 2049 podría proporcionar varios oscars a sus creadores. El primero, el más obvio, es el de Harrison Ford como mejor intérprete secundario. Ford -más que gran actor, icono del cine- solo ha sido una vez candidato al premio de Hollywood. Fue en 1986 con Único testigo. Desde luego, cualquiera se imagina en pie a todo el patio de butacas del teatro Dolby el próximo mes de marzo honrando al actor mientras este saluda con la estatuilla en la mano. Otro creador merecedor del premio es el director de fotografía Roger Deakins, que ha sido 12 veces (se dice pronto) finalista a la estatuilla por su labor con Sam Mendes, los hermanos Coen, Frank Darabont o el mismo Denis Villeneuve. Nunca la ha ganado: es su momento.
¿Quién es más humano, un replicante o un ser humano? Era una de las cuestiones sobre las que se cimentaba Blade Runner. En esta secuela, no hay dudas: tienen más sentimientos los cyborgs. El blade runner K, también conocido como Joe (Ryan Gosling), es un replicante rodeado de replicantes. A su lado, los humanos parecen monstruos. "Lo que nos hace humanos es morir por una causa", dice en la película una replicante encarnada, por cierto, por una actriz estrella del cine de autor. Por cierto, Joe K, como el protagonista de El proceso, de Kafka.
El inicio de hace un cuarto de siglo. Blade Runner tenía un arranque escrito en el que Rick Deckard se acercaba a una cabaña solitaria junto a un árbol muerto y se enfrentaba a un agricultor replicante. La secuencia apareció incluso en el storyboard, pero nunca se filmó, y hace unos años Scott ya explicó que la había recuperado para este nuevo guion. Efectivamente, sustituyendo a Deckard por K, así empieza Blade Runner 2049.
Incomunicación. A pesar de que la original ya se ha asomaba al abismo de la soledad, en esta continuación aún hay menos personajes y más incomunicación. "Los blade runner ahora son parias, realizan un trabajo que nadie quiere afrontar. Mi personaje lleva una existencia solitaria, sin conexiones humanas. Y en este arranque de la película explora sus emociones para intentar ser algo más que su trabajo", contaba Gosling en Madrid. Como la primera, esta BR 2049 indaga en la imagen hipersexuada de la mujer, de lo que significa pertenecer o no a un grupo, la falta de empatía... La Tierra y la Humanidad han sufrido terribles transformaciones... y lo curioso es que acabada la película uno siente que está hablando de hoy en día. Muy desasosegante.
Denis Villeneuve. El director canadiense sale revalorizado del reto porque apabulla con su puesta en escena. En el fondo hay menos poesía y más crítica social que en la primera, pero en la forma, Villeneuve deja sin habla. Ahora bien, está demasiado atado a la original, no acaba de tener su propio vuelo. Y eso nace desde guion.
¿Es una obra maestra como la original? No, pero es una buena película. Y su espectador se vería otras tres horas más, porque hipnotiza.
Momentos míticos. Hay uno directamente relacionado con el monólogo de Rutger Hauer, ahora protagonizado por Gosling, aunque sin palabras. Y otra secuencia fascinante enfrenta a Gosling y Ford rodeados en un bar de hologramas de estrellas del siglo XX. Anonada.