A 20 años de su muerte María Félix continúa siendo “La Doña” del cine mexicano
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Hoy se conmemora el 20 aniversario de la muerte de “La Doña”, la actriz María Félix, considerada un icono de la cinematografía mundial durante las décadas de los 40 y 50.
La actriz, que murió de un infarto mientras dormía en su residencia de Ciudad de México, fue despedida por mariachis con canciones como “Cielito lindo”, “María de todas las Marías”, “Amor eterno” y la legendaria “María Bonita”, que le dedicó el músico Agustín Lara tras su luna de miel en Acapulco. Sus restos reposan en el Panteón Francés de la capital mexicana, donde también están enterrados sus padres y su único hijo, Enrique, abogado y actor, fallecido en 1996.
Hija de un indio mexicano y de una española, cuando contaba tres años se trasladó con sus padres y sus seis hermanos a Guadalajara, donde estudió bachillerato y donde, a los 18 años, fue elegida reina del carnaval. Su debut cinematográfico tuvo lugar en 1942, con “El peñón de las ánimas”, a las órdenes de Miguel Zacarias, película en la que compartía elenco con el actor y cantante Jorge Negrete, con quien años después se casaría.
DOÑA BÁRBARA Y CONSAGRACIÓN CINEMATOGRÁFICA
Su interpretación en la película “Doña Bárbara”, en 1943, basada en la novela del mismo nombre del expresidente y escritor venezolano Rómulo Gallegos, y en donde la actriz fue la protagonista, le valió el apelativo de “La Doña” que la acompañaría desde entonces cuando bordó los papeles de mujeres fatales, devoradoras de hombres y de fuerte carácter.
A partir de ese momento, protagonizó numerosos filmes y su figura se convirtió en un auténtico mito. Títulos como “La monja alférez” (1944), “La mujer sin alma” (1944), “Remolino de pasión” (1945) o “La mujer de todos” (1946), figuran en la filmografía de su primera etapa.
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Pero no sería hasta 1946 cuando Emilio “Indio” Fernández la lanzó al estrellato con la cinta “Enamorada”. Posteriormente, protagonizó “La diosa arrodillada”, “Que Dios me perdone”, ambas en 1948, o “Una mujer cualquiera” un año después, que terminaron por consolidar a María Félix como una superestrella del cine mexicano.
Después, y tras una breve etapa de cine italiano, “La Félix” se trasladó a Argentina para rodar “La pasión desnuda”. La actriz no sólo filmó en México, también en España, Italia y Francia, donde fue dirigida por destacados cineastas, como el español Luis Buñuel y el francés Jean Renoir.
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LAS CUATRO BODAS DE MARÍA FÉLIX
María Félix tuvo una agitada vida sentimental en tanto que contrajo matrimonio en cuatro ocasiones y además se le atribuyeron algunos romances.
La primera vez fue con tan sólo 17 años cuando se casó con Enrique Álvarez, un agente de productos cosméticos con el que tuvo a su único hijo, Enrique, en un matrimonio que duró ocho años. Su segundo esposo fue el legendario compositor y pianista Agustín Lara con el que contrajo matrimonio en 1945, y quien le dedicó dos canciones de boda como “María Bonita” y “Humo en los ojos”, además de componer para ella “Cuando vuelvas” y “Dos puñales”.
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Su tercer marido fue el no menos mediático actor y cantante mexicano, Jorge Negrete cuya boda reunió en 1952 a más de 500 invitados entre los que se encontraban el matrimonio de pintores Frida Kahlo y Diego Rivera. Sólo la muerte del cantante un año después cesó la relación.
Ya viuda, mantuvo un fugaz romance con el actor argentino Carlos Thompson, a quien conoció durante el rodaje de la película “La pasión desnuda” y con quien mantuvo una relación hasta 1953.
Rota ésta, el empresario y banquero francés de origen rumano, Alexander Berger, se convirtió en 1956 en su cuarto marido y, posiblemente en su gran amor, pues su muerte en 1974 por un cáncer de pulmón sumió a la actriz en una profunda depresión. Pasó los últimos años de su vida con el pintor de origen ruso, naturalizado francés 31 años más joven que ella, Antoine Tzapoff, en una relación que duró otros 19 años.
LAS DOS DIVAS DEL CINE MEXICANO DE LA ÉPOCA: MARÍA FÉLIX Y DOLORES DEL RÍO
María Félix y Dolores del Río (diez años mayor que la Doña) fueron las máximas figuras del cine de oro mexicano, y aunque a pesar de las rivalidades que muchos les atribuyeron, las dos divas protagonizaron en 1958 “La cucaracha” en un claro homenaje a la revolución mexicana, en una época en que ambas actrices competían y la que sería la única película que realizaron juntas.
A partir de entonces, la “María bonita” de los mexicanos intervino en el cine de su país, con esporádicas incursiones en la cinematografía española bajo la dirección de Juan Antonio Bardem. Después llegaron otras películas como “Juana Gallo” (1963), “La bandida” (1964) o “La casa de cristal” (1967). Dos años después, en 1969, rodó el filme “La generala” y se retiró del mundo del celuloide.
Su trayectoria también se vio recompensada con múltiples reconocimientos, de forma que en 1989 fue galardonada con el trofeo “La Diosa de Plata” otorgado por la agrupación Periodistas Cinematográficos Mexicanos (PECIME) por su labor artística y también recibió, de manos del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, la medalla “Ciudad de México”.
Años después, en 1992 y coincidiendo con el 50 aniversario de su debut cinematográfico, se le rindieron varios homenajes, entre ellos la publicación del libro biográfico “María Félix”, prologado por el poeta mexicano Octavio Paz. A nivel internacional, en 1996 Francia la condecoró con la Orden de las Artes y las Letras, en grado de comendador, lo que la convirtió en la primera mujer de América Latina en lograr este galardón. Su última incursión artística la realizó en 1998, ya con avanzada edad, con el disco “Enamorada” en el que incluyó tangos y algunas melodías en francés.
DESTACADOS:
+ Su interpretación en la película “Doña Bárbara”, en 1943, le valió el apelativo de “La Doña” que la acompañaría desde entonces cuando bordó los papeles de mujeres fatales, devoradoras de hombres y de fuerte carácter.
+ María Félix tuvo una agitada vida sentimental en tanto que contrajo matrimonio en cuatro ocasiones y además se le atribuyeron algunos romances.
+ Su última incursión artística la realizó en 1998, ya con avanzada edad, con el disco “Enamorada” en el que incluyó tangos y algunas melodías en francés.
Por Marga Sánchez Pacheco EFE/Reportajes.