“La Guerra Civil”, documental de Eva Longoria analiza la pelea Chávez-De La Hoya
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Oscar De La Hoya quería hacer un documental sobre su pelea de 1996 contra Julio César Chávez. Entonces le preguntó a Eva Longoria, si estaría interesada en dirigir, ella aceptó.
“Ni siquiera tenías que ser fanático del boxeo para saber dónde estabas el día que ocurrió”, aseguró Eva Longoria Bastón. “En todo mi vecindario la gente buscaba un cable robado para verla, o la televisión de alguien para pagar la pelea. Tú sabes, ‘¡Vengan todos y todos aportamos un dólar!’”, añadió
Longoria reflexionó en aquel ese momento y en lo divisivo que fue para los mexicanos-estadounidenses de la pelea a la que se le nombró “Ultimate Glory” . Chávez era de nacionalidad mexicana. De La Hoya era del este de Los Ángeles. Y se dio cuenta de que esa era la película que quería hacer.
Así surgió “La Guerra Civil”, una producción de DAZN Originals que tuvo su estrenó el jueves en el Festival de Cine de Sundance.
“Dije, lo interesante para mí es realmente regresar y explorar esa división porque todavía la vemos hoy. Tú sabes, la pregunta de ‘¿soy lo suficientemente mexicana?’ Y la pregunta de quién puede afirmar que es, entre comillas, mexicano y cómo se evita ese guion entre mexicano-estadounidense”, explica Longoria. “Yo vivo esa experiencia. Estoy a horcajadas sobre ese guion todos los días de mi vida. ¿Y hacerlo en un escenario público tan grande, tan público? Para Oscar, fue desgarrador”, añade.
En “La Guerra Civil” están incluidas entrevistas con Chávez, De La Hoya y su entrenador mexicano en ese momento, Jesús Rivero y también con académicos y espectadores que examinan la brecha cultural de ayer y de hoy. El documental se filmó durante la pandemia de COVID-19, lo que generó algunos obstáculos y dolores de cabeza.
Longoria sabía que De La Hoya no sería un problema. “Conocía la mayoría de las historias que él contaba, y creo que ayudó a que el documental tuviera esa conexión íntima”, asegura. “Creo que él tenía un nivel de comodidad conmigo que le permitía explorar las emociones en bruto. Podías sentir su dolor al verlo recordar cómo fue abucheado por su propia gente. Creo que nuestra amistad permitió que esa vulnerabilidad se manifestara”, añade.
Sin embargo Longoria no conocía a Chávez por lo que estaba un poco nerviosa de poder establecer un vínculo para obtener lo que necesitaba.
“Uno quiere una conversación íntima y es difícil hacerlo cuando tienes un plexiglás, una máscara, un escudo de protección y estás a 8 pies (casi 3 metros) de distancia”, explica Longoria.
“Él es tan carismático, tan encantador. Y es veraz. Es un narrador muy confiable”, afirma Longoria. “Es hermoso y refrescante tener a alguien en un documental que no revise la historia. Realmente recordaba las peleas. Recordaba los desafíos. También recordaba los buenos tiempos, pero no sin los malos”, añade.
La de Jesús Rivero fue una de las entrevistas más difíciles de conseguir. Cuando se realizó el documental tenía 103 años y su familia no estaba interesada en permitir que un equipo de cámaras viajara a México para entrevistarlo en el punto álgido de la pandemia. Incluso planearon una versión del documental sin él, si embargo mantuvieron la esperanza y finalmente consiguieron la entrevista.
Longoria tiene la esperanza que la película llegue a una gran audiencia.
“Todavía estamos lidiando con problemas similares, especialmente porque la inmigración es un tema tan candente y la economía se ve tan afectada por el COVID y nuestra comunidad, la comunidad mexicana, se ve afectada de manera desproporcionada por el COVID. Creo que todo sigue siendo terreno fértil para conversar”, precisa Longoria. “Hallemos nuestros puntos en común más que nuestras diferencias porque tenemos problemas mucho más importantes que enfrentar y debemos enfrentarlos juntos”, añade.
Con información de la Agencia The Associated Press.